Los secesionistas catalanes han abierto un segundo frente en su campaña contra el gobierno en Madrid, instando a los socialistas de oposición a forjar una coalición para expulsar al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, según dos personas con conocimiento de la información.
Los socialistas hasta ahora se han negado a suscribir el plan, dijeron las personas, aunque los grupos catalanes que lo promueven ya han convencido al partido Podemos de respaldarlo.
Los catalanes persuadieron a Podemos para que acepte un gobierno exclusivamente socialista, dijo una de las personas, que pidió no ser identificada discutiendo conversaciones privadas.
Con el apoyo de los socialistas, la alianza tendría 172 escaños de los 350 que tiene la Cámara y buscaría sumar a los nacionalistas vascos para formar una mayoría. Rajoy encabeza un gobierno de minoría con 134 diputados y puede ser derrocado con una moción de censura.
Carmen Calvo, miembro de la junta directiva del Partido Socialista, dijo que su partido está concentrado en garantizar que se respete la Constitución española.
Los portavoces de Podemos y el partido catalán de Puigdemont dijeron que no tenían conocimiento de las conversaciones.
Los catalanes intentan llevar a los funcionarios a la mesa de negociación tras celebrar un referéndum catalogado como ilegal por la justicia española sobre la independencia el 1 de octubre.
Si bien Rajoy se ha negado a entablar conversaciones con los líderes catalanes hasta que acepten la autoridad de los tribunales españoles, el líder socialista Pedro Sánchez ha pedido el diálogo para calmar una situación en que policías llegaron a golpear a votantes en los improvisados locales de votación.
La crisis en Cataluña está alcanzando su clímax en momentos en que el presidente regional Carles Puigdemont se dirigirá a la legislatura en Barcelona el martes, y ha sugerido que podría declarar la independencia.
Rajoy ha prometido mantener a España unida independientemente de lo que hagan los catalanes y fue apoyado por más de 350 mil manifestantes, en contra de la independencia, que salieron a las calles de Barcelona el domingo.
Sánchez, el líder socialista, puede mostrar cautela ante la posibilidad de aceptar el apoyo de los catalanes o de Podemos después que intentos de forjar una alianza similar el año pasado le jugaron en contra.
También podría estimar que tiene poco sentido político asumir el cargo en medio de la peor crisis política en décadas, cuando podría permitir que su rival reciba las críticas y esperar un momento más oportuno en el futuro.
Otra persona con conocimiento de los planes del gobierno dijo que estaba preparado para un movimiento de esta naturaleza y Rajoy respondería con una elección general, apostando que su postura firme sobre Cataluña aumentaría su apoyo en el resto del país.
Según la ley española, un gobierno no puede ser destituido por un voto de confianza directo. En cambio, los partidos de la oposición necesitan ponerse de acuerdo sobre un candidato alternativo para liderar un nuevo gobierno.
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