La junta militar de Myanmar declaró la ley marcial en gran parte de la mayor ciudad del país, luego de un fin de semana en que las fuerzas de seguridad mataron a decenas de manifestantes que protestaban contra el golpe de Estado reciente.
Entretanto, la ONU declaró que por lo menos 138 manifestantes pacíficos han sido abatidos en protestas desde el golpe militar del 1 de febrero.
Los acontecimientos agravan la crisis desatada con la insurrección militar que derrocó al gobierno elegido de Aung San Suu Kyi. Un movimiento civil ha surgido en todo el país para desafiar al régimen militar con protestas diarias, que los militares tratan de sofocar con gran violencia, incluso fuerza mortal.
La emisora MRTV anunció el lunes que los sectores en Yangon de Dagon Norte, Dagon Sur, Dagon Seikkan y Okkalapa Norte están ahora bajo ley marcial. Eso aparte de otros dos que ya recibieron ese estatus el domingo a la noche: Hlaing Thar Yar y Shwepyitha.
Hubo otros hechos de violencia el lunes, al reportarse que por lo menos ocho manifestantes en cuatro ciudades fueron abatidos, según la emisora independiente Voz Democrática de Burma.
En las redes sociales fueron colocados videos y fotos de largas filas de camiones militares entrando a Yangon.
Ley marcial
Es la ley penal y procesal militar que resulta de aplicación a todos los ciudadanos en situaciones excepcionales, como el estado de sitio formalmente declarado, de acuerdo con la Real Academia Española (RAE).
Por lo menos 38 personas murieron el domingo y decenas resultaron heridas en uno de los días más mortíferos de las protestas, de acuerdo con la Asociación para la Asistencia de Prisioneros Políticos, un grupo independiente que monitorea la violencia en Myanmar. Otras fuentes confiables daban cifras que eran casi el doble.
La enviada especial de la ONU para el tema de Myanmar, Christine Schraner Burgener, condenó "el continuo derramamiento de sangre" que ha frustrado los llamados del Consejo de Seguridad de la ONU y de otras entidades para reanudar el diálogo.
"La incesante brutalidad, incluyendo contra personal y la destrucción de infraestructura pública, socava severamente cualquier posibilidad de llegar a la paz y la estabilidad", expresó Schraner Burgener.
Algo que complicó la organización de nuevas protestas y la cobertura de los acontecimientos por parte de los medios noticiosos fue la interrupción del servicio de internet de teléfonos celulares, aunque se podía alcanzar la red mediante conexiones fijas de banda ancha.
Los teléfonos celulares hasta ahora estaban siendo usados para transmitir videos en vivo de las protestas, incluso de las embestidas de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes. Previamente ese servicio quedaba apagado entre la 1 a.m. y las 9 a.m., aunque nunca hubo una explicación oficial.
La interrupción del servicio de internet obligó a postergar la audiencia judicial en la capital, Naipyidó, para la derrocada líder Suu Kyi, quien iba a participar por videoconferencia, informó su abogado Khin Maung Zaw. Suu Kyi y el presidente Win Myint fueron detenidos durante el golpe y han sido acusados de varias infracciones penales que sus partidarios consideran simples maniobras para mantenerlos encerrados.