El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, admitió que sus planes de desarrollo económico han fracasado durante la inauguración del primer congreso del partido gobernante en cinco años, reportaron medios estatales este miércoles.
En el discurso de apertura del congreso que comenzó el martes, Kim comentó que "casi todos los sectores quedaron muy por detrás de los objetivos establecidos" en el plan de desarrollo quinquenal aprobado en la reunión anterior, en 2016, según la Agencia Noticiosa Central de Corea.
"Debemos promover y expandir más las victorias y éxitos que hemos obtenido a costa de sudor y sangre, y evitar que se repitan las dolorosas lecciones", dijo según fue citado por la agencia noticiosa estatal.
El Congreso del Partido de los Trabajadores, uno de los mayores espectáculos de la propaganda norcoreana, está destinado a ayudar a Kim a mostrarle a una nación preocupada que tiene el firme control y a impulsar la unidad bajo su liderazgo frente a la pandemia del coronavirus y a los crecientes desafíos económicos.
Pero algunos observadores son escépticos acerca de que el orquestado congreso logre hallar soluciones fundamentales a las dificultades de la hermética nación, muchas de las cuales derivan de décadas de mala gestión económica y del empeño de Kim por lograr costosas armas nucleares que puedan atacar el territorio continental estadounidense.
Kim, de 36 años, celebra el congreso, que se espera que dure varios días, en medio de lo que podría ser el mayor desafío de sus nueve años de mandato y de lo que él ha calificado como "múltiples crisis".
La autoritaria Corea del Norte es una de las naciones más pobres de Asia, y su ya asediada economía se está viendo afectada por cierres fronterizos con China, su principal salvavidas económico, motivados por la pandemia; por las consecuencias de una serie de desastres naturales el pasado verano y por las persistentes sanciones encabezadas por Estados Unidos por su programa nuclear.
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, que asumirá el cargo en enero, podría mantener las sanciones y evitar cualquier reunión directa con Kim hasta que Pyongyang de pasos significativos hacia la desnuclearización.
El congreso, al que asisten miles de delegados y observadores, busca determinar "una nueva línea de batalla y políticas estratégicas y tácticas", según reportó KCNA.
En su intervención, Kim describió las dificultades que enfrenta su gobierno como "las peores de la historia" y "sin precedentes", añadió.
Kim pidió un nuevo plan quinquenal y revisó el estado actual de las industrias del metal, química, eléctrica y otros sectores clave, y fijó tareas no especificadas para el desarrollo futuro, agregó.
Esta no es la primera vez que Kim habla sobre los fallos del sistema y las políticas. El pasado agosto, reconoció "problemas" económicos provocados por "desafíos sin precedentes e inevitables". Parabién el año pasado, declaró que Corea del Norte carece de instalaciones médicas modernas y que las condiciones antidesastres en las zonas costeras son "malas".