El ya expresidente de Estados Unidos, Donald Trump se negó a tener mascotas en la Casa Blanca durante su mandato, pese a lo políticamente redituables que pueden llegar a ser, en tanto que dan votos.
Los perros de Barack Obama, por ejemplo, tenían secretaria y agenda propias, además de que el sito web de la casa presidencial cuenta con una sección dedicada exclusivamente a sus habitantes caninos.
Con Joe Biden, quien este miércoles ha tomado posesión como el presidente de la nación más poderosa del mundo, los perros han regresado a la Casa Blanca. La pareja presidencial tiene dos: Champ, un pastor alemán llamado así en referencia a la famosa frase que Biden dijo en un discurso recordando a su padre: "¡Cuando te derriben, campeón (champ en inglés), levántate!".
Major es otro pastor alemán, el segundo que llegó a la familia, qel cual fue rescatado por la Asociación Humanitaria de Delaware, junto a sus hermanos. Sufrían asfixia por estar expuestos a toxinas. Biden y la primera dama, Jill Biden, lo adoptaron.
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Estos perritos protagonizaron ya un video compartido por el presidente en diciembre para desear felices fiestas a los estadounidenses.
Mientras que, a finales de noviembre pasado, el mandatario se fracturó el pie mientras jugaba con uno de estos animales. Una tomografía computarizada "confirmó las pequeñas fracturas capilares de los huesos cuneiformes laterales e intermedios, que se encuentran en la parte media del pie", dijo entonces en un comunicado su médico, Kevin O'Connor.