Manifestantes indígenas ecuatorianos liberaron este jueves por la noche a los ocho policías y al agente que mantenían retenidos en protesta contra el gobierno tras la aplicación de una serie de medidas económicas, informó el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, Jaime Vargas.
Previamente les obligaron a cargar el ataúd de un indígena fallecido durante las protestas en la Casa de la Cultura, donde están concentrados miles de indígenas.
"El pueblo está enardecido... si el gobierno nacional no para estos actos de violencia, el pueblo va a responder con más violencia, eso queremos dejar absolutamente en claro", advirtió el también dirigente de ese organismo, Leonidas Iza.
Al menos un líder indígena y cuatro personas más han muerto en Ecuador durante las protestas, informó más temprano la Defensoría del Pueblo, en momentos en que algunos grupos advierten que incrementarán sus movilizaciones.
Las autoridades, sin embargo, aseguran que sólo tienen registradas a dos personas fallecidas en accidentes y no como resultado de los enfrentamientos. Además, se anunció la detención de al menos 17 personas, la mayoría venezolanos, que habrían participado en las protestas.
El gobierno del presidente Lenín Moreno, que responsabiliza al exmandatario Rafael Correa y al gobernante venezolano Nicolás Maduro de estar detrás del caos en las calles, enfrenta su mayor crisis política y social desde que hace dos años asumió el poder y por el momento las cosas no parecen que mejorarán.
Vargas anticipó este jueves temprano que no cederán en las protestas hasta que se reviertan las medidas económicas del gobierno, incluido un incremento en los combustibles.
Los indígenas se mantuvieron por horas dentro de la sede de la Casa de la Cultura en Quito, donde retuvieron a los policías.
A los policías les confiscaron sus motocicletas antes de llevarlos al escenario de un teatro para deleite de miles de manifestantes antigubernamentales, que se resisten a una campaña de austeridad del presidente Lenín Moreno auspiciada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fueron despojados de sus chalecos y equipos mientras la gente se burlaba de ellos y coreaba "Moreno, fuera".
Uno de los oficiales fue obligado a cubrirse con una bandera alrededor de los hombros y portar un sombrero como el que usan los indígenas, mientras todos fueron forzados a quitarse las botas. La mujer policía por momentos se limpiaba las lágrimas.
Se estima que unos 27 periodistas permanecen contra su voluntad al interior del coliseo de la Casa de la Cultura. A los más conocidos les obligaron a pasar al frente, donde en medio de gritos les preguntaban si estaban en contra de su voluntad ante unos cuatro mil indígenas.
Uno de ellos fue Freddy Paredes, del canal Teleamazonas, que dijo que quería salir para seguir cumpliendo con su trabajo. Más tarde logró salir del recinto y en un video se observa que es perseguido por una docena de personas, algunas de ellas vestidas como indígenas, que le hostigan con insultos, ademanes violentos y lanzan objetos y piedras hasta dejarlo con una herida en la parte posterior de su cabeza.
Paredes quedó tendido en el piso junto a un charco de sangre mientras era atendido por personal de socorro médico.
"Con la sangre de nuestros hermanos no vamos a negociar, no hay ningún negocio con este gobierno nefasto, mentiroso, ladrón", dijo Vargas en un mensaje a los indígenas reunidos en la Casa de Cultura y transmitido en televisión. Ahí, varios portaban rosas blancas como un homenaje a compañeros que -dicen- han muerto en las protestas.
Un periodista de Bloomberg News fue amenazado, aunque logró salir sin obstáculos.
Desde este lunes los indígenas han realizado manifestaciones que incluso llegaron a tomarse momentáneamente las instalaciones de la Asamblea, en medio de las cuales han sido reprimidos con gases por las fuerzas del orden. En las protestas confluyeron también transportistas, estudiantes y sindicalistas, los últimos de los cuales generaron fuertes incidentes el miércoles cerca de la casa de gobierno.
Las manifestaciones antigubernamentales están siendo lideradas por comunidades indígenas, principalmente de las regiones Andina y Amazónica.
Miles de indígenas llegaron a Quito desde inicios de semana para rechazar la eliminación de subsidios a los combustibles, cuyos precios pasaron de 1.85 dólares el galón de gasolina a 2.39, y el diésel de 1.03 a 2.30 dólares, entre otras reformas de carácter laboral y financiero.
Pero luego que Moreno dejara el cargo, la agrupación emitió un comunicado diciendo que las protestas no se detendrán hasta que el FMI deje Ecuador.
En su cuenta de Twitter, la Defensoría lamentó el fallecimiento de Inocencio Tucumbi, dirigente de la CONAIE de Cotopaxi y de cuatro personas más. No dio otros detalles acerca de los fallecidos, a los que se suman decenas de heridos diversas razones y alrededor de 800 detenidos.
Moreno, que trasladó la sede del gobierno a Guayaquil para reducir tensiones, ha advertido que no dará marcha atrás en su decisión de eliminar el subsidio a los combustibles.
El secretario general de la Presidencia, José Briones, dijo que oficialmente hay una persona que fue atropellada el lunes por un conductor amedrentado por manifestantes y una segunda persona falleció el miércoles por una caída y golpe en la cabeza.
Briones condicionó cualquier diálogo a que liberen a los policías retenidos y dejen salir a los periodistas que están dentro de la Casa de Cultura.
Mientras, la ministra del Interior, María Paula Romo, informó en su cuenta de Twitter la detención de 17 personas, en su mayoría venezolanos, capturados en las inmediaciones del aeropuerto de Quito y que supuestamente tenían información de los desplazamientos del presidente y del vicepresidente.
"Serán puestos en los próximos minutos a órdenes de la justicia, cada nuevo evento confirma todos los intereses que están detrás del caos en el país", señaló.
Tanto el expresidente Correa, quien fue amigo y mentor político de Moreno, como Maduro, han negado por ambos en forma separada.
Más temprano, había entre la multitud un chamán con vestimenta tradicional, una lanza y un iPhone.
Realizó una ceremonia para convocar espíritus en nombre de la gente, quienes decían que los oficiales habían matado a cuatro manifestantes indígenas. Los organizadores de la manifestación declararon que llevarían un cadáver al teatro.
La escena caótica muestra cuán explosiva se ha tornado la situación, una semana después de que Moreno terminara con los subsidios al combustible que habían estado vigentes durante la mayor parte de cuatro décadas, como parte de un acuerdo con el FMI para reducir un déficit presupuestario.
Moreno huyó a la ciudad costera de Guayaquil y prometió regresar y no ceder a las demandas de revertir las medidas para la gasolina. En cambio, está pidiendo diálogo para llegar a un acuerdo.
Su ministro de Relaciones Exteriores declaró el miércoles en una entrevista que el Gobierno tiene dinero reservado para los pueblos indígenas, que a menudo son pobres e históricamente discriminados.
La crisis marca un punto de inflexión para Moreno. El presidente, que se esperaba liderara como izquierdista al estilo venezolano, ha impulsado una reforma económica y política ha intentado restablecer una prensa y un poder judicial independientes, algo que su antecesor había cambiado.
Defendió los límites de mandato para los funcionarios electos y ayudó a los reformadores judiciales a reemplazar un tribunal constitucional tan desacreditado que varios miembros estaban bajo sospecha de lavado de dinero.
Moreno también reformó la política económica, lo que condujo a una disminución en los rendimientos de los bonos ecuatorianos y a un acuerdo de 4 mil 200 millones de dólares con el FMI para restaurar las reservas en dólares y estabilizar la deuda pública, en parte eliminando el subsidio al combustible.
Los bonos de Ecuador emitidos hace solo dos semanas han caído 6 centavos esta semana a 97 centavos por dólar, con un rendimiento de 9.9 por ciento.
Esta semana, los manifestantes han ocupado edificios gubernamentales y campos petroleros, mientras las fuerzas de seguridad luchaban por hacer cumplir un estado de excepción. Videos en las redes sociales muestran a la policía golpeando a los residentes. La oficina del defensor del pueblo, Freddy Carrión, informa que cinco personas han muerto desde el comienzo de las protestas.
Grandes zonas de la región andina ecuatoriana quedaron aisladas por bloqueos a lo largo de las carreteras de montaña. La Cruz Roja Ecuatoriana explicó el miércoles que suspendió servicios en el país tras reiterados ataques contra su personal y sus ambulancias.
Esta jornada en Quito, las organizaciones indígenas se reunieron en el Ágora Casa de la Cultura, parte de un complejo que incluye el museo nacional y un cinema.
El teatro, con una capacidad para alrededor de 2 mil personas, estaba lleno y había muchas más personas en los parques y las calles exteriores, donde se quemaban llantas.
Algunos vestían trajes tradicionales, con sombreros y ponchos, y algunos estaban enmascarados y usaban cascos en preparación para los enfrentamientos. Al final de la calle, la policía se concentraba detrás de las barricadas.
La tensión entre los manifestantes más jóvenes y los organizadores mayores era palpable.
Carrión escribió en Twitter que visitaría el teatro para asegurarse de que los oficiales capturados fueran bien tratados.
El líder indígena Floresmilo Simbana comentó en una entrevista en la entrada del ágora que restaurar los subsidios al combustible era un primer paso obligatorio para terminar con la crisis, pero la oferta actual del gobierno para ayudar a las comunidades rurales era insuficiente.
"Eso es política pública. Ni siquiera deberíamos tener que discutirlo", indicó.