CHIPINGE.- Mozambique inició este miércoles tres días de luto nacional por los más de 200 muertos causados por el paso del ciclón Idai, uno de los más destructivos de las últimas décadas en el sur de África. En el vecino Zimbabue, medios estatales elevaron la cifra de víctimas mortales a más de 100 personas.
La cifra definitiva de víctimas y los daños ocasionados por el meteoro no se sabrán hasta que las inundaciones torrenciales retrocedan. La previsión meteorológica contempla lluvias persistentes para el jueves, por lo que pasarán días antes de que el agua acumulada en las llanuras mozambiqueñas llegue al Océano Índico. Las ONG advierten que el nivel del agua sigue subiendo.
De acuerdo con los reportes, algunas personas siguen subidas a tejados y árboles desde el paso del ciclón durante el fin de semana. La localidad de Buzi, de 200 mil habitantes, corría el riesgo de quedar al menos parcialmente sumergida, dijo la agencia humanitaria de Naciones Unidas.
"Se espera que las crecidas aumenten significativamente en los próximos días y 350 mil personas están en peligro", apuntó la oficina de la ONU.
El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, tuvo un sombrío recibimiento este miércoles en la comunidad montañosa de Chimanimani, una de las más afectadas, en la frontera este con Mozambique. Unas 350 personas podrían haber muerto en el país como consecuencia del ciclón, según funcionarios.
Algunos de los fallecidos zimbabuenses fueron arrastrados por los ríos montaña abajo hasta Mozambique, agregaron.
"Algunos campesinos en Mozambique llamaban a nuestra gente para decir 'Vemos cuerpos, creemos que esos cuerpos vienen de Zimbabue'", señaló July Moyo, ministro zimbabuense de Gobierno local.
Por su parte, el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, dijo el martes en la noche que el número de fallecidos superaba las 200 personas. Tras sobrevolar la región afectada el lunes, el dirigente señaló que espera más de mil muertos.
Los trabajadores humanitarios quedaron sorprendidos al comprobar la magnitud de la tragedia en Beira, la ciudad más afectada de Mozambique que se estima que quedó destrozada en un 90 por ciento. Su medio millón de residentes buscaban comida, combustible y medicinas. Algunos vecindarios quedaron sumergidos por el mar.
"El poder del ciclón es visible en todas partes, con los contenedores de mercancías movidos como si fuesen pequeños bloques de Lego", señaló el director de la ONG CARE en Mozambique, Marc Nosbach.
La ayuda internacional comenzaba a llegar para tratar de aliviar la crisis humanitaria mientras iglesias de Zimbabue hacían colectas para los lugares devastados.
"Todo el mundo está doblando, triplicando, cuadruplicando lo que tenían previsto", dijo Caroline Haga, de Cruz Roja en Beira, Mozambique, sobre el envío de suministros y la movilización de personal humanitario. "Esto es mucho más grande de lo que cualquiera podría anticipar".
Emiratos Árabes Unidos donará 18.3 millones de dírhams (4.9 millones de dólares) a Mozambique, Zimbabue y Malawi, dijo la agencia de noticias Emirates citando a la Media Luna Roja del país. El presidente de Zimbabue dijo además que estaba previsto que un avión cargado de ayuda emiratí aterrice en la capital, Harare, más tarde en el día.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana anunció que el organismo continental ofrecerá 350 mil dólares en ayudas inmediatas a las naciones afectadas.
La Unión Europea liberó 3.5 millones de euros (3.9 millones de dólares) en ayudas de emergencia y Gran Bretaña prometió hasta 6 millones de libras (7.9 millones de dólares). El ejército de la vecina Tanzania trasladó por aire 238 toneladas de comida y medicamentos.
Desde Maputo, la capital de Mozambique, Sacha Myers, de la ONG Save the Children, describió la situación señalando que "ríos y represas se desbordaban" de sus márgenes y apuntó que la cifra de cientos de fallecidos estaba destinada a aumentar.
Estaba a la espera de un avión de carga con 51 toneladas de suministros de emergencia, pero reconoció que llevarlos a dónde se necesitan seguía siendo una tarea complicada porque las carreteras quedaron destrozadas o anegadas y hay pocas opciones de almacenamiento en zonas secas.
Naciones Unidas también desplegó sus recursos, dijo el viceportavoz Farhan Haq, agregando que la logística era todavía un desafío porque las zonas más golpeadas, incluyendo Chimanimani, seguían siendo inaccesibles.