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La cifra mundial de muertos por el coronavirus superó los 2 millones este viernes, cruzando el umbral en medio de un despliegue de vacunas tan inmenso pero tan desigual que en algunos países hay una esperanza real de vencer el brote, mientras que en otras partes del mundo menos desarrolladas, parece un sueño lejano.
La impactante cifra se alcanzó poco más de un año después de que se detectara por primera vez el coronavirus en la ciudad china de Wuhan.
El número de muertos, recopilado por la Universidad Johns Hopkins, es casi igual a la población de Bruselas, La Meca, Minsk o Viena. Es aproximadamente equivalente a la población del área metropolitana de Cleveland o de todo el estado de Nebraska.
Si bien el recuento se basa en cifras proporcionadas por agencias gubernamentales de todo el mundo, se cree que el número real de víctimas es significativamente mayor, en parte debido a las pruebas inadecuadas y las muchas muertes que se atribuyeron incorrectamente a otras causas, especialmente al principio del brote.
Se necesitaron ocho meses para alcanzar el millón de muertos. Pasaron menos de cuatro meses después de eso para alcanzar el siguiente millón.
"Detrás de este terrible número hay nombres y rostros: la sonrisa que ahora será solo un recuerdo, el asiento para siempre vacío en la mesa de la cena, la sala que resuena con el silencio de un ser querido", dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Dijo que el número de víctimas "se ha visto agravado por la ausencia de un esfuerzo coordinado global".
"La ciencia ha tenido éxito, pero la solidaridad ha fracasado", dijo.
En países ricos, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, Canadá y Alemania, millones de ciudadanos ya han recibido alguna medida de protección con al menos una dosis de vacuna desarrollada con una velocidad revolucionaria y rápidamente autorizada para su uso.
Pero en otros lugares, las campañas de inmunización apenas han despegado. Muchos expertos predicen otro año de pérdidas y dificultades en lugares como Irán, India, México y Brasil, que juntos representan aproximadamente una cuarta parte de las muertes en el mundo.
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