El Ejército de Myanmar tomó el control del país bajo un estado de emergencia de un año y los informes dicen que la consejera de Estado Aung San Suu Kyi y otros líderes gubernamentales han sido detenidos.
Aquí hay algunas posibles razones por las que los militares se han hecho cargo ahora:
La constitución
El anuncio en Myawaddy TV, propiedad de los militares, citó el artículo 417 de la Constitución del país, que permite que los militares tomen el control en tiempos de emergencia.
El locutor dijo que la crisis del coronavirus y el hecho de que el Gobierno no pospusiera las elecciones de noviembre eran las razones de esta acción.
Los militares redactaron la constitución en 2008 y retienen el poder bajo la carta a expensas del Gobierno civil democrático. Human Rights Watch ha descrito la cláusula como un "mecanismo de golpe a la espera".
La Constitución también reserva ministerios clave del gabinete y el 25 por ciento de los escaños en el parlamento para los militares, una porción que limita el poder de un Gobierno civil y descarta enmendar la carta sin apoyo de las fuerzas armadas.
Algunos expertos expresaron desconcierto en cuanto a por qué los militares alterarían su poderoso status quo, pero otros señalaron la inminente jubilación del general mayor Min Aung Hlaing, quien ha sido comandante de las fuerzas armadas desde 2011.
"Hay una política militar interna en torno a eso, que es muy opaca", indicó Kim Jolliffe, investigador sobre las relaciones civiles y militares de Myanmar.
"Esto podría estar reflejando esa dinámica y podría ser un golpe de Estado interno y su forma de mantener el poder dentro de las fuerzas armadas".
El Ejército ha asignado al vicepresidente Myint Swe, un exoficial militar, como jefe de Gobierno durante un año.
Las elecciones
En las elecciones de noviembre del año pasado, el partido de Suu Kyi obtuvo 396 de 476 escaños en las cámaras alta y baja del Parlamento combinadas. La Comisión Electoral de la Unión estatal ha confirmado ese resultado.
Pero el Ejército, desde poco después de los comicios, ha afirmado que hubo millones de irregularidades en las listas de votantes en 314 municipios que podrían haber permitido que los votantes emitieran múltiples papeletas o cometieran otra "mala práctica electoral".
"Pero realmente no han mostrado ninguna prueba de eso", comentó Jolliffe.
La comisión electoral rechazó las afirmaciones la semana pasada, afirmando que no había pruebas que las respaldaran.
La toma de posesión militar se produjo en lo que sería el primer día del nuevo Parlamento tras las elecciones.
En cambio, se informó que Suu Kyi y otros legisladores que habrían prestado juramento en el cargo fueron detenidos.
Un anuncio posterior en Myawaddy TV dio a conocer que el Ejército celebraría elecciones después de que terminara la emergencia de un año y entregaría el poder al ganador.
¿Qué está pasando ahora?
Las telecomunicaciones se detuvieron casi todo el día. En la capital, el acceso a internet y al teléfono parecía estar bloqueado. Muchas personas en otras partes del país que aún podían acceder a internet encontraron que sus cuentas de redes sociales habían sido suspendidas temporalmente.
Se instalaron bloqueos de carreteras de alambre de púas en Yangon, la ciudad más grande, y comenzaron a aparecer unidades militares fuera de los edificios gubernamentales, como el Ayuntamiento.
Los residentes acudieron en masa a los cajeros automáticos y los vendedores de comida, mientras que algunas tiendas y hogares eliminaron los símbolos del partido de Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia, que normalmente adornan las calles y las paredes de la ciudad.
¿Qué sigue?
Los gobiernos y las organizaciones internacionales condenaron la toma de posesión, diciendo que retrasa las limitadas reformas democráticas que ha realizado Myanmar.
"Este es un golpe extremadamente aplastante para los esfuerzos por presentar a Myanmar como una democracia", destacó Linda Lakhdhir, asesora legal de Human Rights Watch. "Su credibilidad en el escenario mundial ha tenido un gran impacto".
Temen una mayor represión contra los defensores de los derechos humanos, los periodistas y otras personas que critican al Ejército. Incluso antes de la actual toma del poder militar, los periodistas, los defensores de la libertad de expresión y los críticos de las fuerzas armadas a menudo enfrentaban acciones legales por criticarlas públicamente.
Un senador de Estados Unidos planteó la posibilidad de que EU pudiera imponer nuevamente sanciones económicas, las cuales levantó cuando Myanmar estaba en transición a un Gobierno civil.
Los líderes militares de Myanmar "deben liberar de inmediato a los líderes democráticos de Myanmar y retirarse del Gobierno", expuso el senador demócrata Bob Menéndez, presidente entrante del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
"De no ser así, Estados Unidos y otros países deberían imponer estrictas sanciones económicas, así como otras medidas" contra los militares y los líderes militares, puntualizó.
El exdiplomático estadounidense Bill Richardson comentó que la administración del mandatario estadounidense Joe Biden y otros gobiernos deberían actuar con rapidez para imponer sanciones. También cuestionó la capacidad de liderazgo de Suu Kyi dada su defensa de las acciones militares contra los musulmanes de etnia rohingya.
"Debido al fracaso de Suu Kyi en promover los valores democráticos como líder de facto de Myanmar, debería hacerse a un lado y dejar que otros líderes democráticos de Myanmar tomen las riendas con respaldo y apoyo internacional", espetó Richardson en un comunicado.