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Otra lección de #MeToo para altos directivos: acoso sexual presagia débil desempeño de acciones

Una alta incidencia de acoso sexual dentro de una empresa por parte de altos ejecutivos puede dañar seriamente el precio de las acciones, revela estudio.

El movimiento #MeToo ha sacado de varias corporaciones a famosos acosadores sexuales. Si eso no es suficiente para intimidar a las personas detestables entre directivos y otros miembros de las compañías para que enmienden sus actos, aquí hay algo más que deben considerar: este tipo de comportamiento puede dañar seriamente el precio de las acciones.

Las acciones de las empresas estadounidenses que se ubicaron en el segmento de 2 por ciento superior de las denuncias de acoso realizadas en línea obtuvieron al año siguiente rendimientos que promediaron aproximadamente 20 por ciento por debajo de lo que se esperaría según el desempeño general del mercado y los modelos estándar de precios de activos, según un nuevo estudio de investigadores de las canadienses University of Manitoba, York University y Laval University.

"La relación entre el acoso sexual de las bases y el precio de las acciones de las empresas probablemente no sea evidente para la mayoría de los directores ejecutivos, quienes pueden considerarlo simplemente un costo modesto, aunque desagradable, de hacer negocios", dijo en un comunicado el académico Shiu-Yik Au de University of Manitoba, coautor de la investigación. "Nuestro estudio sugiere fuertemente lo contrario", dice.

El problema causó daños por un promedio anual de alrededor de mil 900 millones de dólares entre las empresas que estaban en el segmento 2 por ciento superior de las denuncias de acoso y alrededor de 930 millones de dolares para las empresas en el segmento 5 por ciento superior, según el documento presentado la semana pasada en la reunión anual de American Accounting Association.

Eso hace que el valor patrimonial perdido sea un costo potencial mucho mayor para las empresas que los perjuicios por acoso sexual, que tienen un límite establecido por el Gobierno federal de 300 mil millones de dólares para las grandes empresas, agregaron los autores. Un gran número de denuncias de acoso también se relacionó con fuertes caídas en la rentabilidad operativa y aumentos en los costos laborales.

El estudio examinó más de 1.6 millones de comentarios publicados en los sitios web Glassdoor e Indeed, que permiten a los trabajadores presentar evaluaciones de sus empleadores. Calificó a alrededor de mil 100 empresas según el porcentaje de reseñas que denunciaban específicamente acoso sexual, que fueron de 0 por ciento en la mayoría de los casos, pero que alcanzaron un máximo de 8.3 por ciento en algunos casos.

Los datos estudiados son desde mediados de 2011 hasta 2017, antes del auge del movimiento MeToo. Eso llevó a los investigadores a creer que las denuncias son un reflejo de las deficiencias operativas de las empresas, más que un resultado directo de las quejas reales en los sitios web.

En otras palabras, el mercado es bastante bueno para averiguar dónde están las personas detestables.

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