La decisión de varios países europeos de suspender el uso de la vacuna de AstraZeneca podría aumentar el escepticismo mucho más allá de sus costas, comprometiendo campañas de vacunación que son clave en la estrategia mundial para contener la pandemia, sobre todo en las naciones en desarrollo.
En muchos países pobres, la opción es AstraZeneca o nada. La dosis de un laboratorio anglo-sueco es más barata y más fácil de almacenar que muchas otras. Representa la mitad de las dosis distribuidas en el primer semestre del año por el programa COVAX, que tiene como objetivo asegurar que las naciones de medianos y bajos ingresos reciben vacunas.
Al no disponer de otras opciones, la mayoría de los países en desarrollo que tienen la vacuna de AstraZeneca continuaron aplicándola, por más de que varias naciones europeas suspendieron su uso la semana pasada ante versiones de que se detectaron coágulos sanguíneos en personas que habían recibido la vacuna. Los organismos sanitarios internacionales insisten en que no hay pruebas de que la vacuna se la responsable de esos coágulos.
Entre las naciones en desarrollo, no obstante, empiezan a surgir o a acentuarse las dudas.
"¿Por qué voy a permitir que la usen conmigo? ¿No somos seres humanos igual que en Europa?", preguntó Peter Odongo, residente de una localidad del norte de Uganda, en declaraciones al Daily Monitor.
Uganda, país del este de África, recibió 864 mil dosis de AstraZeneca a través de COVAX y hasta el martes había usado solo 3 mil. Las autoridades lo atribuyen a problemas logísticos de transporte, pero los diarios aseguran que hay resistencia a la vacuna.
Ya antes de que surgiese el tema de los coágulos había escepticismo en buena parte del mundo respecto a la vacuna de AstraZeneca y mucha gente prefería no recibir una inyección producida muy rápidamente. El resquemor es fuerte en África, que alguna vez fue usado como 'conejillo de Indias' por Occidente. Algunos líderes tratan de combatir el escepticismo, mientras que otros, como los de Burundi y Tanzania, lo alimentan, negando la gravedad de la pandemia.
"Está claro que eventos desafortunados (en Europa) no ayudan a mejorar la confianza del público y la fe en esa vacuna en particular, y también en otras", comentó John Nkengasong, director los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, al alentar el jueves a todas las naciones a que continúen con las inoculaciones.
Horas después los reguladores de la Unión Europea transmitieron el mismo mensaje a sus 27 miembros. La Agencia Medicinal Europa dijo que sus expertos habían llegado a la conclusión de que no había relación alguna entre la vacuna y un aumento en el riesgo de coágulos sanguíneos, aunque no pudo descartar del todo un vínculo entre la vacuna y algunos coágulos infrecuentes. En respuesta, Italia, Francia y Alemania, entre otros, dijeron que reanudarían las vacunaciones con AstraZeneca.
Varias naciones en desarrollo ya habían tomado la misma decisión.
"Seguiremos con las inoculaciones", expresó Lia Tadesse, ministra de salud de Etiopía, que recibió 2.2 millones de dosis de AstraZeneca la semana pasada.
Las autoridades de la India, donde está al laboratorio que producirá una gran parte de las dosis destinadas al mundo en desarrollo, declararon el miércoles que continuarán las inoculaciones con la vacuna de AstraZeneca en varias partes del país. Tailandia anunció que las suspendería temporalmente, pero el martes dijo que seguiría inoculando con AstraZeneca y su primer ministro recibió la vacuna en público.
El instituto estatal Fiocruz de Brasil distribuyó sus primeras dosis de AstraZeneca el miércoles y su ministro de salud trató de despejar los temores de coágulos y pidió calma.
Otros países dijeron que suspendían las vacunaciones con AstraZeneca para luego reanudarlas.
Las europeas y otras naciones ricas tienen varias vacunas para elegir, pero la de AstraZeneca es clave en la estrategia para vacunar al resto del mundo. Algunos países en desarrollo recibieron vacunas chinas y/o rusas —generalmente donadas—, pero, al menos en África, esas entregas han sido generalmente reducidas. Las vacunas chinas y rusas por ahora no han sido aprobadas por la Organización Mundial de la Salud y no pueden ser distribuidas por el programa COVAX.
África, donde viven mil 300 millones de personas, espera vacunar a 60 por ciento de sus habitantes hacia fines del 2022. No lo podrá hacer si no apela a la vacuna de AstraZeneca.
Los sistemas sanitarios del continente africano son generalmente deficientes. Ha habido muchos problemas para hacer pruebas de COVID y no hay cifras confiables de contagios y muertes por las dificultades para monitorear la propagación del virus y sus consecuencias. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de África dicen que hay más de 4 millones de infecciones confirmadas y al menos 108 mil muertes.
Las dudas surgidas en Europa "no hacen sino complicar la situación" en los países donde reina el escepticismo, según el doctor Misaki Wayengera, director de una comisión que asesora al gobierno ugandés en torno a la pandemia. La vacuna de AstraZeneca "es lo que hay, y debemos aprovecharla".
En Ruanda, que recibió 240 mil dosis de AstraZeneca y 102 mil de la vacuna de Pfizer, Justin Gatsinzi dijo que inicialmente tuvo sus dudas, pero las hizo a un lado por temor a perder acceso a ciertos servicios públicos si se negaba a inocularse.
"Es un tema complicado", expresó Gatsinzi, quien es maestro. Agregó que no se le dijo qué vacuna recibió.
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