La Cámara de los Comunes del Reino Unido aprobó este miércoles un plan para bloquear cualquier intento de Brexit sin acuerdo y lo envió a la cámara alta del Parlamento.
La votación final quedó 327 votos a favor y 299 en contra.
Esto va contra los planes del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, quien quería una salida de la Unión Europea, con o sin acuerdo, para el 31 de octubre de este año.
Con esta votación, los legisladores británicos que se oponen al plan de Johnson para abandonar la Unión Europea sin un acuerdo de divorcio superaron su primer obstáculo.
Sin embargo, el destino de la medida es incierto. Simpatizantes del Brexit en la Cámara alta del Parlamento británico amenazan con detenerla y postergarla hasta que el tiempo se agote.
Las tácticas son parte de un enfrentamiento directo entre el Gobierno de Johnson a favor de un Brexit a toda costa y un Parlamento preocupado sobre las consecuencias económicas y sociales que podría traer una separación caótica.
Los legisladores de la oposición, apoyados por los rebeldes del Partido Conservador al que pertenece Johnson, advirtieron que salir del bloque sin un acuerdo de divorcio ocasionaría un daño económico irreparable.
"Queda muy poco tiempo", comentó el legislador del Partido Laborista, Hilary Benn, mientras presentaba la medida. "El propósito de la iniciativa es muy sencillo: garantizar que Reino Unido no abandone la Unión Europea el 31 de octubre sin un acuerdo", añadió.
La propuesta necesitaría que el Gobierno británico pida a la UE postergar el Brexit hasta el 31 de enero de 2020, en caso de que no logre concretar un acuerdo con el bloque para finales de octubre.
Los legisladores esperan aprobar la medida y promulgarla -un proceso que puede tardar meses- para finales de esta semana, debido a que Johnson planea suspender las sesiones del Parlamento desde algún momento de la próxima semana hasta el 14 de octubre.
Johnson se convirtió en primer ministro en julio bajo la promesa de sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea, superando el estancamiento que ha paralizado la política del país desde que el electorado decidió en junio de 2016 separarse del bloque europeo.
Sin embargo, está atrapado entre la UE, que rechaza volver a negociar el acuerdo que alcanzó con su predecesora Theresa May, y una mayoría de legisladores que se oponen a abandonar la UE sin un acuerdo. Gran parte de los economistas señalaron que un Brexit sin acuerdo de divorcio causaría graves problemas económicos y hundiría a Gran Bretaña a una recesión.
El miércoles, Johnson insistió que las negociaciones con la UE sobre modificaciones al acuerdo tenían "un progreso considerable".