La policía del Vaticano confiscó documentos y aparatos electrónicos durante allanamientos este martes en la Secretaría de Estado y en la agencia de control financiero de la Santa Sede, después de recibir denuncias oficiales sobre "pasadas operaciones financieras", dijeron las autoridades.
La oficina de prensa del Vaticano no dio detalles sobre el cateo y los decomisos, ni sobre la naturaleza de las acusaciones que los motivaron.
En una declaración breve, la oficina de prensa comentaron que las denuncias "relativas a pasadas operaciones financieras" se recibieron durante el verano por parte del banco vaticano y de la oficina del auditor general. Precisó que el principal fiscal del tribunal penal del Vaticano autorizó las confiscaciones.
Se cree que los allanamientos son los primeros en la Secretaría de Estado, que coordina las actividades de la Santa Sede, funciona como base de gobernanza de la Iglesia Católica universal y supervisa las relaciones diplomáticas con más de 180 naciones.
Durante casi un decenio, el Vaticano ha estado tratando de reformar sus finanzas adhiriéndose a las normas internacionales contra el lavado de dinero y reformando su banco, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), luego de décadas de acusaciones de que funcionaba como un paraíso fiscal en el extranjero.
Para esas gestiones fue clave la creación de la Autoridad de Información Financiera (AIF), que funciona como monitor financiero interno y trabaja con las unidades de inteligencia financiera de otros países para compartir información sobre transacciones sospechosas. Aparte de la Secretaría de Estado, las oficinas de AIF fueron allanadas este día, indicó el Vaticano.
El año pasado, el expresidente del IOR fue enjuiciado en el Vaticano por cargos de que él y su abogado malversaron 57 millones de euros (68 millones de dólares) en ventas de bienes raíces del Vaticano. El juicio prosigue.
Al mismo tiempo, los fiscales del Vaticano han sido criticados por evaluadores del Consejo de Europa por el lento ritmo de sus investigaciones y procesamientos de las transacciones financieras sospechosas que les son referidas.
A inicios del año próximo, el Vaticano deberá someterse a una evaluación regular programada por los evaluadores del Consejo de Europa para verificar los avances conseguidos.