Donald Trump se anotó otra victoria política al convencer a Carrier Corp., fabricante de equipos de calefacción y aire acondicionado, de mantener unos mil empleos en Estados Unidos. Por eso merece ser felicitado, y también advertido de que no lo vuelva a hacer.
Aunque esto significa que más de mil trabajadores de la empresa no perderán su empleo, será un golpe negativo para la economía de Estados Unidos y afectará directamente a los consumidores.
Usar el poder de la presidencia para microadministrar empresas es una idea espantosa. El libre mercado funciona en parte porque depende de millones de empresas individuales para decidir cómo emplear mejor sus recursos.
En el caso de Carrier, el mercado estaba funcionando. La compañía quería trasladar la producción a México para reducir los costos de mano de obra y seguir siendo competitiva. Los trabajadores estadounidenses perderían empleos, pero los consumidores e inversionistas estadounidenses conseguirían hornos más baratos y ganancias corporativas mejores y, potencialmente, más gasto en importaciones estadounidenses por parte de trabajadores mexicanos que obtuvieran los empleos.
Este traspaso constante de recursos tiende a impulsar los estándares de vida tanto en Estados Unidos como en el extranjero, al permitir que cada uno se enfoque en lo que hace mejor.
Michael Hicks, profesor de economía en Ball State University en Indiana, dijo que Carrier seguirá fabricando un viejo producto caro, en comparación con lo que costaría en México.
"Los trabajadores de Carrier cuestan alrededor de 30 dólares la hora con salario y beneficios, comparados con unos 3 dólares por trabajador en México", según Hicks.
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El caso de Ford Motor Co. de mantener la producción de su vehículo utilitario deportivo Lincoln MKC en Kentucky, es similar.
El fabricante de autos había contemplado trasladar el MKC a México para hacer más espacio para el más popular Ford Escape, que se produce en la misma fábrica.
Trump asumió el crédito de esa decisión mediante Twitter, y en la medida que haya influido en Ford, es posible que él haya hecho un daño al impedir que la compañía responda de manera eficiente a la demanda.
Habrá consecuencias para empresas, si se van: Trump.
Donald Trump advirtió el jueves que las compañías estadounidenses afrontarán "consecuencias" por llevar puestos de trabajo al extranjero, y celebró haber persuadido a un fabricante de aparatos de aire acondicionado de mantener unos mil empleos en el país en vez de llevarlos a México.
"Las empresas no volverán a irse de Estados Unidos sin pagar las consecuencias. Eso no va a pasar", sostuvo en una visita a la planta de Carrier en Indianápolis.
Trump, quien asumirá la presidencia el 20 de enero, no especificó las consecuencias, pero durante la campaña amenazó con un impuesto de 35 por ciento sobre los productos de empresas estadounidenses que llevan puestos de trabajo al extranjero.
Funcionarios del estado de Indiana llegaron a un acuerdo para ofrecer exenciones de impuestos durante 10 años por 7 millones de dólares a United Technologies Corp, para alentar a la empresa a que mantenga mil empleos de su unidad Carrier en Indianápolis.
Con información de Reuters.