Gran Bretaña e Irlanda acordaron este miércoles que sus ciudadanos podrán residir y trabajar libremente en ambos países después del Brexit.
Los dos gobiernos firmaron un acuerdo para prolongar la zona de viaje común Reino Unido-Irlanda cualesquiera que sean en definitiva las condiciones de la salida británica de la Unión Europea.
La fecha y las condiciones del Brexit son inciertas debido al impasse político en Gran Bretaña.
Pero una de las consecuencias probables del Brexit para los ciudadanos británicos será la pérdida del derecho automático de residir en un país miembro de la Unión Europea.
La zona de viaje común existe desde que la República de Irlanda se independizó de Gran Bretaña hace casi un siglo y es anterior al ingreso de ambos países a la Unión Europea.
El acuerdo significa que los ciudadanos de cualquiera de los dos países pueden vivir, trabajar, estudiar, recibir atención médica y votar en el otro.