El Reino Unido y la Unión Europea se reunirán al menos dos veces por semana en septiembre, ya que ambas partes buscan romper el estancamiento antes de la fecha límite para el Brexit del 31 de octubre.
El gobierno del primer ministro, Boris Johnson, pidió a la UE intensificar las conversaciones durante una reunión entre David Frost, el enviado del Reino Unido, y funcionarios de la Comisión Europea en Bruselas el miércoles, dijo un portavoz de la Comisión.
Sin embargo ambas partes parecían minimizar la posibilidad de un avance inminente. "Permanecen a cierta distancia en asuntos clave", informó la oficina de Johnson en un comunicado. La UE declaró que aún está esperando "propuestas concretas" del Reino Unido.
El primer ministro necesita convencer a los rebeldes potenciales en su propio Partido Conservador de que está cerca de llegar a un acuerdo con el bloque, antes de un enfrentamiento en el Parlamento cuando se vuelva a reunir la próxima semana.
Algunos conservadores, incluido el exministro de Hacienda Philip Hammond, han amenazado con votar en contra del gobierno en la Cámara de los Comunes para bloquear un Brexit sin acuerdo, pero podría ser persuadido para que espere si se ve un acuerdo en el horizonte.
"Ahora es el momento para que ambas partes aumenten el ritmo", indicó Johnson en el comunicado. "El aumento en las reuniones y las discusiones es necesario si queremos tener la oportunidad de llegar a un acuerdo para cuando nos vayamos el 31 de octubre, no hay peros".
Johnson obtuvo la aprobación de la reina Isabel II el miércoles para suspender el Parlamento desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre, lo que restringe el tiempo para que los parlamentarios debatan el 'divorcio' del bloque.
La decisión de intensificar las conversaciones se produce después de que el gobierno de Johnson descubriera una oportunidad la semana pasada durante las reuniones con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Los dos líderes parecieron relajar su lenguaje sobre el acuerdo de retiro del Brexit y la necesidad de retener el llamado 'backstop' para la frontera irlandesa, comentó el martes un funcionario del Reino Unido bajo condición de anonimato.
Johnson ha exigido a la UE que retire el 'backstop', un mecanismo de respaldo que pretende mantener la frontera libre de chequeos después del Brexit, pero que es despreciado por sus partidarios, quienes argumentan que mantendrá al Reino Unido atado al bloque.