Rusia enviará, la próxima semana, una decena de aviones de combate a la península de Crimea, que el Kremlin se anexó en 2014, en un nuevo movimiento que amenaza con agudizar la escalada de tensión entre Kiev y Moscú tras el tiroteo, abordaje y captura de una flotilla ucraniana en el mar de Azov, a finales de noviembre.
El anuncio se produce además justo después de que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmara que Ucrania "prepara un acto de provocación en la frontera" y que de hacerlo, "se enfrentará a una dura respuesta". "No haremos la guerra contra Ucrania, se lo prometo, pero hemos recibido información confiable de que el presidente Petró Poroshenko está planeando un acto de provocación en la frontera con la Federación Rusa para finales de diciembre. Se enfrentará a una dura respuesta que no encontrará divertida. Este es nuestro país, esta es nuestra frontera. No le permitiremos intentar perseguir algunos de sus propios intereses y violar los derechos que los crimeos defienden", dijo.
Kiev, sin embargo, aseguró que con sus palabras y el envío de cazas, Rusia busca reivindicar "una agresión militar no disimulada". "Creo que este es otro intento por parte de Rusia de reivindicar su barbarie y una agresión militar", dijo el primer ministro de Ucrania, Volodimir Groisman, desde Bruselas, donde participó en una reunión con la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini.
Ucrania declaró el pasado 27 de noviembre la ley marcial en diez regiones del país, las fronterizas con Rusia. El fin de semana, el presidente Poroshenko descartó ampliar el "estado de guerra", que expira la medianoche del 26 de diciembre a no ser que se produzca una "agresión militar rusa a gran escala".
El conflicto no tiene visos de enfriarse y Rusia mantiene presos a los 23 marinos ucranios que capturó en el incidente en el mar de Azov, acusados de entrar ilegalmente en aguas que considera suyas.
El asunto de los marinos presos está causando serios problemas a Rusia, sobre todo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cancelara la reunión que iba a mantener con su homólogo ruso, Vladimir Putin, a principios de mes en Buenos Aires, Argentina, coincidiendo con la cumbre del G20, aludiendo a la situación de los capturados.
Además, va ganando peso la imposición de nuevas sanciones por el incidente, según reconoció el enviado estadounidense para el conflicto de Ucrania, Kurt Volker. Sanciones que se sumarían a las ya impuestas a Moscú por anexionarse Crimea y las derivadas del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y de su hija, Yulia, en suelo británico, del que Reino Unido responsabiliza a los servicios secretos rusos.
El Ministerio de Defensa ruso explicó que los aviones de combate, modelo Sujói Su-27 y Su-30 llegarán a Crimea la semana que viene y que el despliegue se enmarca en una reorganización de la base aérea de Belbek, en la península anexada.
Además, agregó que la permanencia de las aeronaves será indefinida.
UE apoya a Ucrania con pactos financieros
Por su parte, Europa dio ayer un espaldarazo a Kiev con la firma de nuevos acuerdos financieros para apoyar el curso de reformas en su camino de acercamiento a la Unión Europea (UE).
La UE, "por unanimidad, es muy firme al decir que no hay justificación ninguna para el uso de la fuerza militar por parte de Rusia a los buques ucranianos y que todas las naves y la tripulación deben ser liberados", dijo Federica Mogherini, Alta Representante de la Política Exterior de la UE.
"La Unión Europea sigue apoyando en un 100 por ciento la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente", agregó, en referencia a la anexión por parte de Rusia de la península de Crimea, en 2014, reclamada por Ucrania.
El bloque europeo acordó, además, continuar el diálogo con Kiev sobre energía, justicia y asuntos de interior, aduanas y economía digital.
Por otro lado, Mogherini subrayó el compromiso del gobierno ucraniano con las expectativas de sus ciudadanos, a pesar de los graves desafíos que enfrenta, incluida la presión desde Moscú.