La segunda y última ronda de elecciones municipales en Italia del domingo puso en evidencia un resurgimiento del apoyo al partido Forza Italia, del exprimer ministro Silvio Berlusconi, de 80 años, y sus aliados de centroderecha.
Los candidatos respaldados por Berlusconi ganaron dos segundas vueltas en las elecciones a alcalde en todo el país, incluidas Génova y Verona, en tanto un candidato independiente se imponía en Parma, señalando un importante revés para el Partido Demócrata, o PD, del primer ministro Paolo Gentiloni, que es comandado por su predecesor Matteo Renzi.
"Fue una sólida actuación del bloque de centroderecha, lo que demuestra que Berlusconi sigue siendo una fuerza política significativa", dijo Wolfango Piccoli, co-presidente de Teneo Intelligence en Londres.
El resultado de la votación "sugiere que si los partidos de centroderecha pueden unirse bajo un solo líder serían una fuerza para tener en cuenta en las elecciones generales".
Más de 4 millones de votantes habilitados debían elegir alcaldes en 111 localidades y ciudades, incluidos el feudo de Berlusconi en el norte y los bastiones del Partido Demócrata en Liguria y Toscana.
Los candidatos de Forza Italia de Berlusconi o que contaban con su apoyo, la Liga del Norte, contraria a la inmigración, y su aliado menor, los Hermanos de Italia, confirmaron los buenos resultados exhibidos en las votaciones de la primera vuelta e incluso ganaron en Sesto San Giovanni, una ciudad cercana a Milán conocida como "la Stalingrado de Italia" por su fuerte inclinación históricamente volcada hacia la izquierda.
El bloque de Berlusconi alcanza alrededor del 30 por ciento en las encuestas nacionales, cabeza a cabeza con el Movimiento Cinco Estrellas, opuesto al euro, y el PD de Renzi.
ÁNIMO POLÍTICO
La votación municipal puso a prueba el ánimo político en un país donde la recuperación económica sigue siendo débil, el desempleo alto, y crece el sentimiento antieuropeo y anti-migratorio, impulsado por olas de migrantes provenientes del norte de África.
El gobierno de Gentiloni también tiene problemas para hacer frente a su última crisis bancaria.
Se vio obligado a aprobar un decreto de emergencia en una reunión de gabinete el domingo, comprometiendo 17 mil millones de euros para la reforma de dos bancos quebrados en el norte de la región del Véneto, el mayor salvataje en el país registrado hasta el momento.
Italia celebrará elecciones generales en el primer semestre del próximo año, aunque las reglas que rigen la votación no están claras.
A principios de este mes, se desbarató un acuerdo multipartidario destinado a estabilizar el sistema electoral para el parlamento en Roma.
El sistema existente es puramente proporcional y los principales partidos quieren cambiarlo para producir legislaturas menos fragmentadas.
"La hipótesis más probable es que se mantendrá el sistema existente", dijo en una nota el viernes Federico Santi, analista político de Eurasia Group en Londres. "Es un mal presagio para la estabilidad política y la reforma".