El gobernador de Texas, Greg Abbott, levantó el mandato de uso de cubrebocas y otras restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, esto en medio de la disminución de las hospitalizaciones y las tasas de contagio en el segundo estado más grande de Estados Unidos.
Además, a partir del 10 de marzo, todas las empresas podrán abrir al 100 por ciento de su capacidad, dijo Abbott este martes durante una conferencia de prensa en Lubbock. Su orden ejecutiva permite a los jueces del condado restablecer las reglas antivirus en caso de que las hospitalizaciones repunten.
"Demasiados texanos han sido marginados de las oportunidades de empleo, demasiados dueños de pequeñas empresas han tenido problemas para pagar sus facturas", comentó el gobernador republicano. "Ahora es el momento de abrir Texas al 100 por ciento".
Las medidas antipandémicas de Abbott han provocado la ira de su base electoral conservadora, que las vio como una extralimitación del Gobierno y estas podrían haber herido cualquier aspiración presidencial que él tuviera. En una encuesta presidencial en la Conferencia de Acción Política Conservadora el pasado fin de semana, Abbott recibió el cero por ciento de votos.
La medida fue criticada de inmediato por los demócratas de las grandes ciudades, quienes las calificaron como irresponsable y resultado de una motivación política.
Aunado a ello, el fin de las restricciones anunciado por Abbott se opone a las peticiones de las autoridades sanitarias federales para que se mantengan, entre otros, los protocolos de cubrebocas.
"Con el nivel de casos con variantes de COVID que se extienden, nos arriesgamos a perder por completo el terreno que tanto nos ha costado ganar", señaló Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, durante una sesión informativa el lunes. "Por favor, manténganse firmes en su convicción, continúen usando su cubrebocas bien ajustado y tomando las otras acciones de prevención de salud pública que sabemos que funcionan".
La advertencia de Biden
Walensky advirtió que podría producirse una cuarta oleada de infecciones de COVID-19 si no se mantiene la vigilancia. Este martes, el presidente Joe Biden reforzó su advertencia.
"Insto a todos los estadounidenses a que, por favor, sigan lavándose las manos, se mantengan socialmente distanciados y usen cubrebocas", dijo Biden. "Ahora no es el momento de bajar la guardia".
Los nuevos casos de COVID-19 en Texas se redujeron a un mínimo de cinco meses de mil 637 el lunes, según mostraron las cifras del departamento de salud estatal. Las hospitalizaciones por el virus se redujeron a la menor cifra desde el 28 de octubre.
Hasta el domingo, ninguna de las 22 áreas de servicio de hospitales del estado tenía más del 15 por ciento de la capacidad hospitalaria ocupada por pacientes con coronavirus. La pandemia ha cobrado la vida de casi 43 mil texanos desde su aparición a principios de 2020.
"Una decisión irresponsable guiada por la conveniencia política y nada más", dijo el controlador de la ciudad de Houston, Chris B. Brown, en un tuit. "Esto no solo nos hará retroceder en la batalla contra el COVID-19 en la región, sino que probablemente prolongará el dolor económico provocado por la pandemia".
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