La frontera norte no está cerrada, pero ya es un caos para los camiones que transportan mercancías desde México a Estados Unidos, atascando el tráfico en algunos de los cruces fronterizos más transitados del mundo.
Tras las amenazas de Donald Trump de un cierre de la frontera, las compañías mexicanas se están apresurando a enviar la mayor cantidad de mercancías posible a Estados Unidos, en caso de un cierre. Por otra parte, hasta 750 oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza de EU fueron reasignados a sectores de patrulla fronteriza a finales de marzo, lo que limitó el personal dedicado al flujo de mercancías de sur a norte.
En consecuencia, los tiempos de espera para cruzar la frontera se han disparado y pueden ser de hasta 10 horas más de lo habitual.
Trump reconoció el sábado en un tuit que habrá retrasos en el tráfico y en el comercio por "la oleada a gran escala de inmigrantes ilegales que intentan entrar en Estados Unidos", y agregó que hasta que México limpie "la migración ridícula y masiva", se centrará en la seguridad fronteriza, no en los puertos de entrada.
Pese a las amenazas de Trump, o debido a ellas, México ha estado cooperando y "no creo que vayamos a tener un cierre oficial", dijo Larry Kudlow, principal asesor económico de la Casa Blanca, el domingo en Face the Nation de CBS. Si bien se deberían tomar "bastante en serio" las amenazas de Trump de un cierre fronterizo o de la imposición de aranceles a la importación de vehículos desde México si la situación se deteriora, "los peores escenarios no están sobre la mesa por el momento", señaló Kudlow.
Kudlow también dijo que no cree que el conflicto fronterizo vaya a interferir con los esfuerzos por aprobar un acuerdo comercial renegociado del TLCAN con México y Canadá, y aunque el momento de la votación depende de la presidenta de la Cámara de Representantes Demócrata, Nancy Pelosi, "creemos que lograremos una votación, y si hay una votación, ganaremos". Por otra parte, en State of the Union de CNN, Kudlow dijo que era poco probable que Trump intentara reabrir las negociaciones sobre el llamado Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá para incluir posible aranceles a automóviles vinculados a los problemas fronterizos.
Con los camiones atascados en la frontera, las compañías mexicanas tienen que pagar más por vehículos adicionales para cargar los envíos. Si bien Estados Unidos aún no ha visto una escasez significativa de productos de México, los precios de al menos una importación, los aguacates, se han disparado en medio de preocupaciones sobre un cierre de la frontera. Los compradores de frutos del bosque, limas y espárragos están haciendo planes para limitar las consecuencias potenciales de tal cierre.
Los tiempos de espera son especialmente largos en El Paso, Laredo y el área de San Diego, dijo Ben Enríquez, vicepresidente sénior de México para Transplace, proveedor de servicios logísticos. En El Paso, se tarda 12 horas en cruzar a Estados Unidos, en comparación con 1 o 2 horas en un día normal, dijo. Generalmente, cuando un puerto tiene problemas de congestión, los camiones se pueden redirigir a otros cruces, pero ahora casi todos los puntos de entrada tienen problemas similares.
Los transportistas intentan llevar la mayor cantidad de carga posible y, al mismo tiempo, hay menos oficiales de Aduana de Estados Unidos, dijo Enríquez. No es una buena combinación".
Hasta ahora, los retrasos han sido principalmente en cargamentos hacia el norte y aún no están afectando los envíos hacia el sur de productos estadounidenses, como carne y productos lácteos. México es el principal comprador de carne de cerdo estadounidense.
"Obviamente, queremos que los puertos de entrada funcionen sin problemas", dijo Joe Schuele, vicepresidente de la federación de exportación de carne de Estados Unidos.