Las autoridades de Bahamas suspendieron momentáneamente este sábado los trabajos de ayuda y cerraron un par de aeropuertos mientras la tormenta tropical Humberto arrojaba lluvias en partes de la región noroeste del archipiélago azotadas hace dos semanas por el huracán Dorian.
El arribo de Humberto coincidió con la visita del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para apoyar los trabajos humanitarios tras el paso de Dorian, que con su fuerza de categoría 5 dejó a miles de personas sin alimentos, agua y techo.
El número oficial de muertos por Dorian es de 50 y la lista de desaparecidos es de mil 300 personas. Sin embargo, las autoridades advirtieron que la lista es preliminar y que muchas personas podrían verse imposibilitadas de contactar a sus seres queridos.
Por la tarde, el Gobierno de las Bahamas descontinuó una advertencia de tormenta tropical a medida que Humberto se alejaba de la nación.
Se prevé que la tormenta se convierta en huracán el domingo por la noche o el próximo lunes por la mañana, pero no representará una amenaza para el interior cuando alcance esa fuerza, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
De todas formas, las autoridades advirtieron que Humberto podría provocar peligrosas marejadas en el noroeste de Bahamas y en las costas de Florida, Georgia y Carolina del Sur más adelante el fin de semana y la semana próxima.
A las 17 horas, la tormenta estaba a unos 113 kilómetros al norte de la isla Gran Ábaco. Se desplazaba hacia el norte-noroeste a 11 kilómetros por hora con vientos sostenidos máximos de 80 kilómetros por hora.
Las lluvias provocadas por Humberto caían sobre Ábaco, aunque el sábado por la tarde las condiciones meteorológicas se veían estables en la cercana isla Gran Bahama.
"Las lluvias son ahora el mayor problema", dijo el parlamentario Iram Lewis por teléfono. "La gente todavía sufre los efectos de la primera tormenta".
Dexter Wilson, un hombre de 40 años que trabaja en labores de mantenimiento, estaba ayudando a un amigo a poner una lona azul en un techo dañado en Gran Bahama. Bajo un sol brillante, dijo este sábado que estaba preocupado por su hermano en Ábaco dada la tormenta tropical.
"Todavía está ahí. No sé por qué", afirmó.
Guterres, que estuvo en Ábaco, dijo que esperaba que el mal tiempo no impidiera su visita.
"En algunas zonas, más de tres cuartas partes de todos los inmuebles han sido destruidos. Los hospitales están en ruinas o abrumados. Las escuelas se convirtieron en escombros", señaló el secretario general de la ONU en una declaración preparada antes de la visita.