Una idea planteada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de enviar migrantes de la frontera a las llamadas "ciudades santuario" para castigar a sus rivales demócratas podría terminar favoreciendo a los migrantes al ponerlos en lugares que les faciliten echar raíces y quedarse en el país.
El plan dejaría a miles de inmigrantes en ciudades que no sólo les dan la bienvenida, sino que también son más propensas a rechazar a autoridades federales que porten órdenes de deportación contra ellos. Muchos de estos lugares tienen más recursos para ayudar a los inmigrantes a organizar su defensa legal para quedarse en Estados Unidos que ciudades más pequeñas, y algunas de las organizaciones promigrantes más grandes del país tienen sedes en lugares como San Francisco, Nueva York y Chicago. Lo negativo para los inmigrantes sería el alto costo de vida en estas ciudades.
La Transactional Records Access Clearinghouse, una organización especializada en el manejo de datos con sede en la Universidad de Syracuse, anunció esta semana que en un análisis se halló que un inmigrante en una ciudad santuario como Nueva York o Los Ángeles es 20 por ciento menos propenso a ser arrestado en esa comunidad que en lugares sin tales políticas.
"Teniendo en cuenta que los inmigrantes son menos propensos a cometer crímenes que la gente nacida en Estados Unidos, y que las jurisdicciones santuario son más seguras y productivas que las zonas no santuario, los números socavan esta propuesta como una artimaña política que busca obtener provecho político a partir de la vida de la gente", dijo George Gascón, fiscal de distrito en San Francisco.
Trump se siente cada vez más frustrado con la situación en la frontera con México, donde decenas de miles de familias migrantes cruzan cada mes, muchas solicitando asilo. Su gobierno ha tratado de parar el flujo de varias maneras, y él recientemente reorganizó el alto mando del Departamento de Seguridad Nacional.
La idea de enviar inmigrantes a bastiones demócratas fue sopesada dos veces en los últimos meses, pero la Casa Blanca y Seguridad Nacional dijeron que el plan fue rechazado. Pero Trump dijo el viernes que seguía meditando sobre él.