Trump, con más conflictos de interés que otros presidentes

Donald Trump, el empresario, está próximo a chocar con Donald Trump, el presidente.

Con su asombrosa victoria electoral el martes por la noche, Trump ahora enfrenta más posibles conflictos de interés que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos.

El cómo -o incluso el si- el multimillonario cruzará este campo minado podría tener arrolladoras implicaciones en Estados Unidos y en el extranjero.

Paga una renta al gobierno federal por los derechos para operar su nuevo hotel en Washington, sus acuerdos internacionales podrían influir su manera de gobernar y su mayor acreedor, Deutsche Bank, está negociando un acuerdo con el Departamento de Justicia sobre su negocio de títulos hipotecarios.

Si bien la mayor parte del patrimonio neto de los tres mil millones de dólares de Trump proviene de propiedades en Estados Unidos, también tiene licencias y acuerdos de gestión para proyectos en Turquía, Corea del Sur, India, Uruguay, Brasil y Filipinas.

También posee tres campos de golf en Irlanda y Escocia, y tiene planes para dos más en los Emiratos Árabes.

Enfrenta la posibilidad de que líderes extranjeros busquen conseguir el respaldo del presidente de Estados Unidos aprobando proyectos o entregando condiciones favorables a desarrolladores vinculados a Trump.

El presidente electo también está vinculado con el sistema judicial de Estados Unidos.

Enfrenta una demanda en contra de su fallida Trump University, una de las más de mil 300 veces que ha demandado o ha sido demandado desde el año 2000, según un análisis de Bloomberg.

Cómo Trump, el primer multimillonario en convertirse en presidente, manejará estas inversiones y otros conflictos será motivo de un intenso escrutinio, con pocos precedentes para guiarlo a él o a la opinión pública.

No existen leyes que lo obliguen a distanciarse de la Organización Trump.

Si bien se le exigirá seguir presentando informes de activos, los presidentes están mayoritariamente exentos de la Ley de Ética en el Gobierno de 1978, excepción que tiene su origen en la creencia de que tales normas podrían impedir que los comandantes en jefe tomen decisiones difíciles.

"En realidad no puedo pensar en ninguna restricción legal existente sobre su participación en acuerdos propios que no sean las normas especificadas en la Constitución", dijo Robert Kelner, presidente del grupo de derecho político y electoral de Covington & Burling.

Trump ha señalado que colocará sus negocios en un fideicomiso ciego (Blind Trust) administrado por sus hijos, si bien reconoció en un debate en enero que su sugerencia no constituye necesariamente un verdadero fideicomiso ciego.

"Bueno, no sé si es un fideicomiso ciego si Ivanka, Don y Eric lo operan", señaló. "Si eso es un fideicomiso ciego, no lo sé. Pero probablemente tendré a mis hijos operándolo con mis ejecutivos, y nunca me involucraría, porque nada que no fuera mi país me importaría, nada".

Para hacer un fideicomiso ciego, Trump necesitaría liquidar sus activos y luego designar a un fideicomisario independiente para que los supervise, proceso virtualmente imposible dada la naturaleza de los negocios de Trump, dijo Norm Eisen, quien fuera el zar de la ética del gobierno de Obama.

De todos modos, hay cosas que Trump podría hacer para limitar las percepciones de conflictos, añadió Eisen.

Podría designar a un máximo ejecutivo independiente de la Organización Trump, instituir una lista de ejecutivos de ella con los que no hablará y sacar a sus hijos de roles de liderazgo en la entidad, lo que es improbable dado los destacados papeles que desempeñan en el negocio.

"Nos dejará con una serie de preguntas importantes a medida que sus hijos entren y salgan de la oficina oval", dijo Eisen.

DEUDA CON DEUTSCHE BANK

Trump además tiene una deuda, de al menos 630 millones de dólares, según una evaluación hecha en julio por Bloomberg y cerca de la mitad está en poder de Deutsche Bank.

El gobierno inicialmente solicitó al banco 14 mil millones de dólares para cerrar la investigación de valores hipotecarios, informó el banco en septiembre, añadiendo que eventualmente esperaba pagar menos.

En el exterior otro de los más conflictivos intereses es en Turquía, un aliado importante de Estados Unidos en su batalla contra el Estado Islámico en Siria e Irak. En Estambul, el presidente electo tiene un acuerdo con un multimillonario y magnate de los medios turcos, Aydin Dogan, para que un complejo inmobiliario de dos torres lleve el nombre Trump.

También tiene dos campos de golf en Escocia –en Turnberry y al norte de Aberdeen—los cuales están perdiendo millones de libras esterlinas, de acuerdo con la última información financiera.

Trump también tiene un acuerdo de marca para un grupo de edificios de departamentos que se llaman Trump Tower en Century City, en Filipinas.

Otro conflicto de intereses que se asoma es en Canadá, donde edificios en Vancouver y Toronto llevan el nombre de Trump y que residentes de estos han solicitado que se retire su nombre.