Miles de oficialistas marcharon ayer en Caracas para conmemorar los 20 años de la llegada a la presidencia de Venezuela del exmilitar fallecido, Hugo Chávez (1999-2013), y de su proyecto político conocido como la "Revolución Bolivariana", que tras dos décadas ha sumido al país en una crisis económica y social, sin precedentes.
"Los primeros 20 años, apenas está comenzando la Revolución Bolivariana, esto es para que lo sepan los escuálidos, dentro de 50 años, 60 años, Venezuela seguirá siendo gobernada por un revolucionario, por una revolucionaria", afirmó en un acto el considerado número dos del chavismo, Diosdado Cabello.
Fue el 6 de diciembre de 1998 cuando Hugo Chávez proclamó un nuevo amanecer de la justicia social y el poder popular. "La resurrección de Venezuela está en camino y nada ni nadie la puede detener", le dijo, ese día, el líder de izquierda a una marea de simpatizantes eufóricos después de su aplastante victoria en las elecciones.
Dos décadas han pasado y esos sueños están hechos trizas. El comandante está muerto y su revolución en terapia intensiva, mientras el caos económico, político y social abarca todo lo que alguna vez fuera una de las sociedades más prósperas de Latinoamérica. Casi el 10 por ciento de la población venezolana de 31 millones, según la ONU, ha huido al extranjero ante la falta de trabajo y servicios; y el 90 por ciento que todavía permanece en el país, vive en la pobreza.
El nación petrolera parece estar al borde del precipicio con una inflación diaria que supera el 3 por ciento -y se proyecta que el 2018 cierre en 2 millones y medio por ciento- hay una severa escasez de alimentos y medicinas, fallos en todos los servicios públicos, instituciones y sectores antes productivos. Además, antes de la llegada al poder de Chávez, Venezuela producía el 70 por ciento del consumo nacional y actualmente sólo se llega al 20 por ciento.
Hugo Chávez permaneció en el poder hasta el 5 de marzo de 2013, fecha en la que falleció, y Nicolás Maduro continuó con el proyecto "revolucionario", pero opositores, analistas e incluso simpatizantes del exmilitar hablan ahora del "madurismo", pues lo acusan de no seguir el "legado" chavista.
Parte de los argumentos que esgrimen los detractores de Maduro es que la producción de crudo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) pasó de 3 millones de barriles diarios, durante el gobierno de Chávez, a un poco más de un millón en el actual mandato.
Según datos del Parlamento, de mayoría opositora, la economía venezolana se ha contraído 53 por ciento desde 2013. Además, de acuerdo con datos de la principal patronal de Venezuela, Fedecámaras, en el país se expropiaron más de mil empresas durante el mandato del fallecido presidente y para el día de hoy el parque industrial activo en el país sólo es de 20 por ciento.