El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende apoyar a cerca de 750 millones de personas en el mundo.
Dicho proyecto será presentado a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tiene dos vías para financiarse: donaciones de las mil personas y corporaciones más adineradas del mundo y la aportación de una cooperación de 0.2 por ciento del PIB de los países del G-20.
¿Cuánto le correspondería aportar a México?
En 2020, la economía mexicana se contrajo 8.5 por ciento, de acuerdo con la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En ese sentido, el año pasado el PIB fue de 1.76 billones de dólares, esto en pesos mexicanos es 17 billones 965 mil 150 millones, por lo que la aportación corresponde a 359 mil 303 millones de pesos.
Esta cifra es equivalente a lo destinado a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Bienestar, es decir, 364 mil 600 millones y 299 mil 315 millones, respectivamente, en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2022.
López Obrador propuso también que la ONU otorgue “certificados de solidaridad” a los contribuyentes de este fondo, y que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) colaboren para la creación de tarjetas o monederos electrónicos que serían repartidos entre los beneficiarios del programa.
El mandatario señaló que ambas organizaciones podrían hacer un censo para definir a la población objetivo del Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar.
“De cumplirse esta meta de ingresos, el fondo podría disponer anualmente de alrededor de un billón de dólares”, aseguró.