En el foro Tren Maya, análisis de los impactos desde la academia, expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México advirtieron una vez más sobre los riesgos de la construcción de los tramos 3 y 4 del ferrocarril, por la falta de estudios de impacto ambiental que se han hecho en esta zona.
Al igual que durante el foro convocado por el Seminario Universitario de Sociedad Medio Ambiente e Instituciones (Susmai) de la UNAM, se habló de la ausencia del consentimiento informado de las 44 comunidades que residen en la zona, así como de una consulta sobre el proyecto a las mismas.
La investigadora del Instituto de la Investigaciones Económicas, Ana Esther Ceceña, comentó que sin que las comunidades de la zona conocieran el proyecto ni los impactos que este traería consigo fue cuando se les realizó la consulta para saber si estaban de acuerdo o no con este. Por lo que señaló que es necesario tener un conocimiento “explícito de las comunidades, ya que habrá despojo de tierras directo e indirecto”.
Por otra parte, Rodrigo Medellín, del Instituto de Ecología de la UNAM, señaló que del tramo que va de Bacalar a Escárcega, es decir el tramo 7, a pesar de su cambio de ruta para no pasar por la cueva más grande de murciélagos de América Latina el nuevo plan marca que causará también un gran impacto ambiental, ya que se encuentra en una zona cercana a Calakmul en lo que es un corredor donde cruzan jaguares.
Medellín agregó que más de una vez la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar ha publicado artículos, en los que habla sobre la afectación que tendrán estos animales en peligro de extinción por la construcción de una buena parte del Tren Maya.
“Cuando el proyecto entra a la selva, se generan impactos que ponen en más riesgo el futuro de la sustentabilidad de la península porque se afecta el acuífero”, comentó.