El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió este lunes con autoridades de la comunidad indígena Wixárika de Jalisco y se comprometió a garantizar la devolución de 11 mil hectáreas que según ellos fueron invadidas por ganaderos.
”Nos reunimos con el presidente de la república, que nos dijo sobre los compromisos que, de cumplirse, estarían restituyendo de manera total las tierras que superan las 11 mil hectáreas”, señalaron representantes de la comunidad en una breve rueda de prensa desde un plantón a las afueras del Palacio Nacional.
Previamente, López Obrador informó en su cuenta oficial de Twitter sobre la reunión.
”Estamos ayudando a resolver sus añejos problemas agrarios. Es un asunto de elemental justicia”, precisó.
A principios de este mes, habitantes de comunidades indígenas de la Sierra Norte de Jalisco iniciaron una travesía a pie rumbo a la Ciudad de México para pedir ayuda al presidente mexicano y que se les devolvieran las tierras que presuntamente invadidas por ganaderos de comunidades colindantes desde hace varias décadas.
Tras más de 900 kilómetros recorridos, la llamada Caravana por la Dignidad llegó el pasado viernes a la capital del país, donde instalaron un pequeño plantón frente al Palacio Nacional.
La Caravana Wixárika ha logrado toda una travesía: para que los 200 miembros pudieran hacer el trayecto hasta la Ciudad de México, la comunidad tuvo que soportar los gastos mínimos de subsistencia de los integrantes, a la par, los caminantes tuvieron que dejar atrás a sus familias, cultivos, trabajo.
Una investigación que realizó el periódico La Jornada sobre el caso reveló que los habitantes de los pueblos de San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños recibieron en julio de 1953 una resolución presidencial que los acreditaba como los dueños de al menos 250 mil hectáreas.
No obstante, dichas comunidades comenzaron a sufrir el despojo de sus tierras por parte de ganaderos vecinos pese a haber ganado además más de 30 procesos judiciales que estipulaban la restitución de las tierras.
Los integrantes de la comunidad Wixárika dicen haber sido testigos de invasiones causadas “por la ambición y por las políticas de los gobiernos” que, según ellos, buscan privilegiar la propiedad privada sobre la propiedad común.