Para el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, Bolivia representa la “dignidad latinoamericana’'.
Según el canciller, en 2019 “hubo un intento de golpe de Estado en contra de quien entonces era el presidente Evo Morales. México tuvo ahí una participación destacada, igual que otros países, para impedir que esto pusiera la vida de Evo en grave peligro”.
En noviembre de ese año, Morales renunció al cargo después de haber recibido presiones después de que el Tribunal Constitucional y al Tribunal Supremo Electoral de su país le permitieran postularse para su cuarto mandato.
El canciller Ebrard aseguró que este había sido un golpe de Estado “porque el Ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional en el país” y ofreció ayuda a Morales, concediéndole asilo.
En relación con el Gobierno actual, Ebrard detalló que el presidente Luis Arce “está logrando un buen crecimiento económico y queremos estrechar los lazos entre México y Bolivia. (...) Vamos a comentar, por supuesto, la cooperación en materia de litio para la electromovilidad que viene”.
En este sentido, el canciller detalló que ambas naciones están trabajando en el desarrollo de un coche eléctrico.
¿Cómo fue el exilio de Evo?
Morales regresó a Bolivia en noviembre de 2020, tras un año en el exilio acompañado por cientos de indígenas y militantes de su partido un día después de que su heredero, el economista Luis Arce, tomó las riendas de una nación polarizada.
Junto a su aliado político, el presidente argentino Alberto Fernández, Morales cruzó la frontera entre ambos países.
Poco después de su dimisión, Morales se trasladó a México y después fue refugiado en Argentina, desde donde dirigió la campaña de Movimiento Al Socialismo.
“Me vi obligado a renunciar”, precisó Morales en Buenos Aires antes de partir. También agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador, por ayudarlo a salir del país y dijo que dejó la mitad de su corazón en Argentina.