Uno de los grandes cambios que trajo consigo la pandemia de COVID-19 fue el impulso del trabajo a distancia o home office. En México, durante la cuarentena, 12 millones de personas comenzaron a laborar desde casa; sin embargo, no todos los sectores pudieron adaptarse a este nuevo esquema de trabajo.
Durante el EF Meet Point Virtual. Home office vs presencial, ¿el híbrido es el futuro?, especialistas afirmaron que la mayoría de la industrias donde el trabajo es automatizado se adaptaron de mejor forma un esquema híbrido de labores.
Algo que no pasó con las industrias y sectores dedicadas a prestar bienes y servicios, transporte y de salud.
“Los sectores más administrativos son los que más han sido impactados por el trabajo remoto, porque se podían hacer echando mano de la tecnología”, señaló Francisco Briseño, socio líder de Workforce Transformation en PwC México.
“El sector bancario, financiero, el sector del retail se transformó muchísimo, se aceleraron todos los omnicanales”, agregó el especialista.
Al respecto, Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos, recordó que el trabajo remoto ‘no aplica’ a todos los sectores y/o puestos de trabajo.
A estas personas, obligados a trabajar presencialmente, se les debe “cuidar” y respetar sus beneficios y prestaciones.
“Cada organización debe encontrar el punto en el que colaboradores pueden trabajar remota, híbrida o presencialmente. Pero la tendencia, sin duda y llegó para quedarse, es el trabajo híbrido”, sentenció.
6 de cada 10 mexicanos se sienten más productivos con home office
El 58 por ciento de los mexicanos asegura que su productividad aumentó con el home office, de acuerdo con una encuesta realizada por la consultora PwC.
Por el contrario, el 35 por ciento declaró que su productividad se mantuvo igual durante el confinamiento.
Los entrevistados también señalaron que previo a la pandemia, el trabajo remoto no era una realidad viable para el total de las empresas que operan en México. Casi la mitad (46 por ciento) no lo había adoptado todavía por distintas razones.
Sin embargo, la crisis sanitaria y las medidas de distanciamiento social sirvieron para derribar la principal barrera para adoptar el home office: la caída de la productividad.