El pasado lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que este 9 de marzo se llevará a cabo su conferencia “mañanera” desde el búnker que construyó Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón.
López Obrador aseguró que cuando García Luna, quien fue declarado culpable en Estados Unidos hace unas semanas, invitaba a periodistas, quienes salían maravillados.
“Se van a rayar por lo que van a ver (...) a los ‘machuchones’ del periodismo que los invitaba Garcia Luna, salían ahí embelesados diciendo “¡Qué maravilla, ohhhh!”, expresó.
Por esta razón, el jefe del Ejecutivo criticó que la inseguridad no se resuelve con pantallas: “Como si enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia fuese nada más un asunto de pantallas, del C5 o el C11″, expresó.
¿Cómo es el búnker que construyó Genaro García Luna?
El “búnker de Constituyentes” o Centro Nacional de Inteligencia, ubicado en la Ciudad de México, en la actualidad se encuentra en ruinas y fue construido durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón con recursos públicos y tecnología de última generación, adquirida bajo el respaldo de la Iniciativa Mérida.
De acuerdo con Raymundo Riva Palacio, columnista de El Financiero, este centro se edificó bajo tierra y era el sostén de la Plataforma México, una red de interconexión de telecomunicaciones para el resguardo y procesamiento de datos.
Operaba más de 15 mil conexiones simultáneas y 40 millones de transmisiones protegidas de información. Era la base de inteligencia criminal más importante de América Latina y la confiabilidad que tenía permitía que las visas Global Entry de Estados Unidos tuvieran en ella su primer control de seguridad.
Dentro de este búnker se construyó un centro de mando estratégico para el Presidente de la República en un caso de emergencia extrema que le permitiría mantenerse al frente del país y gobernando, sin quedar desconectado, por ejemplo, en un terremoto devastador con una magnitud superior de nueve.
Además, dentro de él se encontraban alrededor de 600 estaciones de intervención telefónica, que al llegar el Gobierno de Enrique Peña Nieto fueron trasladadas al Cisen y se cambió el propósito de la vigilancia.
En el Centro Nacional de Inteligencia había otra área restringida para todos aquellos que no tuvieran doble certificación por parte de la CIA y la DEA, donde se daba seguimiento a las operaciones secretas de los dos países contra el crimen organizado trasnacional en tiempo real.
El búnker lo solía mostrar García Luna a sus visitantes, aunque no había acceso más que a la base de datos criminal. Una visitante regular era la entonces procuradora de Estados Unidos, Janet Napolitano, quien varias veces le pidió a Calderón que le ayudara a construir una réplica en Centroamérica.
Otros visitantes fueron Michele Leonhardt, directora de la DEA, Leo Panetta, en su calidad de director de la CIA, Ronald Noble, que era el jefe de Interpol, y todos los secretarios de Seguridad Pública de América Latina.
El búnker era una joya de tecnología contra criminales, pero en el Gobierno de Peña Nieto se desmanteló.