Entre voz quebrada, algunas lágrimas y abrazos, cuatro consejeros electorales y Edmundo Jacobo Molina, secretario Ejecutivo, dijeron adiós a la mesa de la herradura de la democracia, en la última sesión extraordinaria en la que participaron.
Tras 11 horas que sumaron con doble sesión en el Instituto Nacional Electoral (INE), la despedida comenzó.
La consejera Adriana Favela Herrera, presidenta de la Comisión de Quejas, agradeció a las juntas distritales, locales, las unidades técnicas y todo el personal del INE. En particular, a su equipo cercano porque “soy muy exigente y obsesiva”.
Aseguró que se van pero con “el INE tatuado en nuestros corazones”.
Edmundo Jacobo destacó lo aprendido de cada consejero saliente, se puso de pie, le llovieron aplausos que le soltaron algunas lágrimas, las cuales se limpió inmediatamente.
En estos nueve años, “hubo presiones y consejeros que no se dejaron presionar”, destacó el consejero Ciro Murayama Rendón; sin embargo, los cuatro consejeros fundadores del INE se van en el plazo establecido, aunque “hubo quien soñó con vernos fuera antes, no lo consiguieron”.
“En lo personal, concluye un fecundo periodo profesional, me voy con el ácido reproche del gobierno, pero con el cálido afecto de los trabajadores del INE”.
A Murayama Rendón, uno de los consejeros más controvertidos, se le comenzó a quebrar la voz cuando personalizó la despedida.
Primero, hacia “Don Edmundo Jacobo Molina, hombre sabio que ha servido al INE 14 años”.
Volvió a la calma al dirigirse a los otros nueve consejeros a quienes aprovechó para pedir una disculpa si en algún momento “equivoqué el tono y contenido” del discurso, y les resaltó que en sus manos está el que se sigan garantizando elecciones limpias.
Pero la voz quebrada regresó acentuada cuando se dirigió a Lorenzo Córdova: “Amigo de la vida, camarada de causa… ¡Misión cumplida! Volvemos a nuestra casa académica (la UNAM)”.
En palabras no quedó, pues hubo fuerte abrazo a Lorenzo y hasta apapacho en su cabellera castaña parcialmente encanecida.
A los partidos, les acotó que no les pedirá cargos ni candidaturas.
Lorenzo Córdova, consejero presidente, también destacó a su “brazo derecho” Jacobo Molina, cuyo trabajo no fue sencillo.
A los consejeros que se quedan pidió que salvaguarden la democracia. “Nunca olviden que en esa tarea no están solos, la sociedad estará siempre”, frase que hizo se le quebrara la voz, al igual que cuando se dirigió a su familia, a la cual prometió compensarle el tiempo perdido.
Con tantas horas de sesión, no faltó el resbalón.
“Estimados, colegas y colegos, habiéndose agotado los asuntos del orden día, se levanta la sesión, ¡larga vida al INE y a la democracia”, cerró el consejero presidente entre aplausos.