El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció este martes 4 de abril la compra “más importante” que ha realizado su Gobierno. En un video, el mandatario mexicano confirmó la compra de 13 plantas de la empresa española Iberdrola.
Esto quiere decir que el Gobierno mexicano compró el 87 por ciento de la capacidad instalada de generación eléctrica de la empresa española Iberdrola, por un precio estimado de 6 mil millones de dólares.
De acuerdo con reportes oficiales, el sector privado había llegado al 46 por ciento de la capacidad de generación, contra un 54 por ciento de la CFE.
Con la nueva operación, ahora la CFE podrá ampliar su capacidad de generación a, por lo menos, un 55 por ciento, frente al 39 por ciento actual, y el sector privado quedará en un 45 por ciento.
Por esta razón, se espera un cambio en la proporción de la capacidad de generación entre el sector público y el privado.
López Obrador aseguró esta mañana que el acuerdo de compra con Iberdrola garantizará que no aumente el precio de la luz en México.
“Yo creo que el convenio que se suscribió ayer es algo muy importante para el país en beneficio del pueblo de México, en especial de los consumidores porque en esencia lo que se garantiza es que no aumente el precio de la luz, eso es lo esencial”, apuntó.
Al fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con esta adquisición, dijo, se podrá “ofrecer la energía eléctrica a precios justos” y se comprometió a crear las condiciones que permitan mantener la misma política de precios en combustibles, gas y luz hasta después de su administración.
¿Por qué Iberdrola se vio obligada a vender sus plantas en México?
Iberdrola, una de las empresas de generación eléctrica más importantes a nivel global, con matriz en España, llegó a México a finales de los 90 y empezó a invertir al punto de convertirse en la segunda empresa más importante en materia de generación en el país, sólo después de la CFE.
Sus planes de expansión en México eran mayores, antes de que llegara López Obrador al poder. Sin embargo, con la entrada de la 4T al país, los planes de la compañía española cambiaron y esta nación ya no estaba contemplada en la inversión de 15 mil millones de dólares anuales que tenía a nivel global.
Para Enrique Quintana, columnista y director editorial de El Financiero, Iberdrola cometió un error: invitar al expresidente Felipe Calderón a ser miembro del consejo de administración de una de sus filiales, Avangrid, que opera en Estados Unidos.
“A partir de ese momento se convirtió en la némesis del entonces precandidato López Obrador y de su asesor, Manuel Barttlet”, explicó Quintana.
Por ello, Iberdrola fue objeto de ataques verbales por parte del mandatario mexicano, pero más allá de las palabras, “las autoridades y los reguladores del sector empezaron a bloquearlos y cuestionarlos e impedir su expansión”.
Incluso, hace algunos meses, Iberdrola mantenía el interés de preservar sus operaciones en México hasta que terminara el sexenio, pero los ataques fueron tales que “llegó a un punto intolerable” y la empresa española empezó a considerar la venta a la CFE.
“Para qué seguir en un país en el que no se respeta el Estado de derecho y en el que uno de los escenarios más probables es que repita el mismo partido otros seis años”, argumentó Quintana.
A partir de esto, Iberdrola empezó a considerar la posibilidad de salir del país, por lo que vio “como única posibilidad” que el Gobierno comprara sus activos. Aunque falta conocer los detalles de la transacción, el también columnista de El Financiero asegura que la empresa española tuvo que depreciar sus activos para que la administración de López Obrador aceptara comprarlos.