El 73 por ciento de los mexicanos está a favor de la eutanasia o muerte asistida médicamente en el caso de que los pacientes se encuentren en fase terminal de su enfermedad, una medida que no es legal en el país, reveló una encuesta realizada por la asociación civil Por el Derecho a Morir con Dignidad (DMD).
El estudio, realizado en 2022 a través de más de 4 mil entrevistas, cuyos resultados fueron publicados este jueves, señala que más de siete de cada 10 mexicanos está a favor de legalizar la eutanasia y el suicidio médicamente asistido.
El 68 por ciento, además, afirmaron que, en caso de encontrarse en fase terminal de una enfermedad, les gustaría poder pedir ayuda a un médico para adelantar su muerte.
El 55 por ciento dijo que preferiría que fuese un médico quien le suministrase la dosis letal de medicamentos, mientras que el 39 por ciento decidiría tomarlos por sí mismo.
Acerca de emplear los cuidados paliativos como una forma de evitar el sufrimiento de los pacientes, el 79 por ciento se mostró conforme con que se apliquen fármacos fuertes para calmar los dolores físicos, aunque provoquen un acortamiento de la vida; el 78 por ciento, por otra parte, dijo estar a favor del uso de morfina, marihuana o cannabis para con los mismo fines.
“Esta encuesta puede ser un referente útil para la toma de decisiones de los legisladores respecto a la legalización o despenalización de la muerte médicamente asistida”, valoró la doctora y presidenta de DMD, Amparo Espinosa.
También, subrayó, puede servir “para sensibilizar a las instituciones públicas y privadas relacionadas con la salud respecto de la urgencia de desarrollar los cuidados paliativos en todos los hospitales del país”.
Esta segunda encuesta nacional de DMD -la primera fue en 2016- fue realizada a mexicanos mayores de edad tanto en zonas urbanas como rurales y en cinco regiones del país: norte, occidente, centro, Ciudad de México y sur-sureste.
Actualmente, en 14 de los 32 estados del país es legal la “voluntad anticipada”, que permite que los pacientes en fase terminal puedan decidir si son sometidos o no a tratamientos médicos para prolongar su vida, siempre y cuando sea imposible mantenerla de forma natural.