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Intromisión del narco, el mayor desafío rumbo a las elecciones de 2024: Lorenzo Córdova

El exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, señaló que la violencia en tiempos electorales ha incrementado en los últimos años.

Córdova Vianello recordó que el asesinato de candidatos aumentó desde las elecciones de 2018. (Cuartoscuro/Mario Jasso)

La elección del 2024 traerá muchos desafíos, uno de los mayores, o quizá el más grande que se tiene para la democracia mexicana, es evitar la intromisión del narcotráfico en los procesos y garantizar la seguridad, que no haya asesinatos de candidatos, externó el exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello.

En su visita por Durango para impartir la conferencia ‘Desafíos 2024′ promovida por Coparmex, el expresidente del INE recalcó que, “el tema del narcotráfico es un gran problema que desde hace tiempo, no solo en el ámbito electoral, lamentablemente todos los ámbitos de la vida social están marcados por la presencia del crimen organizado, que es quizá el mayor desafío que enfrenta la convivencia democrática de nuestro país, y es una amenaza para la existencia de un país con Estado de Derecho”.

En ese sentido, Córdova explicó que las elecciones también han sido impactadas por la presencia de este fenómeno, “Yo creo que el gran desafío aquí es efectivamente que la criminalidad organizada no irrumpa y no defina, no condicione, digamos, a los propios procesos electorales, por lo menos en dos planos: el primero es el de la organización, donde el INE ha logrado a pesar de la presencia del crimen organizado instalar todas las casillas previstas (...) y el segundo es que la criminalidad organizada irrumpa en las campañas y eventualmente condicione el voto de los ciudadanos”.

Remarcó que es el Estado quien debe combatir e impedir la intromisión del narcotráfico, porque esa no es una función del INE, y recomendó que haya una estrecha coordinación de los tres niveles de gobiernos en materia de seguridad. Al INE le tocará revisar que no haya dinero del narcotráfico involucrado en las campañas.

Recordó que estos fenómenos del narco en las elecciones, empezaron a presentar a partir del 2021, cuando empezaron a observarse no como hechos aislados, ya hubo situaciones claramente identificadas en algunas zonas del país, especialmente las muy marginales, como Valle de Bravo, donde se documentó el caso de una candidata que fue secuestrada por el crimen organizado, posteriormente liberada con la condición de que no haga campaña y ella se recluyó en su domicilio, de manera que perdió las elecciones. Eso es una erupción del crimen organizado que condiciona y modula los resultados electorales, explicó.

“Ojalá que se hayan hecho los diagnósticos para saber las verdaderas dimensiones de este fenómeno” para garantizar la seguridad de candidatos y de la propia elección.


Recordó que la asociación Kofi Annan, cuando vino de observadora a México, en las elecciones 2018, ya entonces había señalado que el principal problema desde la mira internacional hacia México, era la potencial intromisión de la criminalidad, pero sobre todo en la violencia en las elecciones.

En aumento, asesinatos de candidatos

Córdova Vianello destacó que ha venido en aumento el asesinato de candidatos en los últimos años.

En 2018, el INE identificó a partir de sus registros a 27 candidatos asesinados por el crimen organizado; para 2021, la cifra se elevó a 31 y aunque hay otras organizaciones que tienen cifras diferentes, estos fueron los datos con candidatos ya registrados.

El gran desafío que tiene el Gobierno Federal es que en estas elecciones que se llevarán a cabo en 2024, no solo no aumente la cifra, sino que no exista ningún asesinato de candidatos.

Zonas calientes

Aunque la criminalidad es cambiable, y puede variar la vulnerabilidad de una zona de una elección a otra, existen puntos de alto riesgo, indicó el exconsejero presidente, entre ellos destacó el Triángulo Dorado, donde se contemplan tres estados que son Sinaloa, Chihuahua y una parte de Durango.

Mencionó también algunos lugares en Tamaulipas, algunos de la Sierra de Chihuahua, Jalisco, Michoacán y Guerrero.

El mapa de la criminalidad se mueve constantemente, pero la responsabilidad sigue siendo del Estado, concluyó.

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