Las tensiones entre México y España se reavivaron luego de que Claudia Sheinbaum, presidenta electa, excluyera al rey Felipe VI de la lista de invitados para su toma de protesta el próximo martes 1 de octubre.
Sheinbaum justificó que el rey español no está en la lista de invitados debido a las polémicas que acumuló con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su falta de respuesta a la carta en la que el mandatario mexicano le pidió una carta en la que se reconocieran los agravios de el imperio español a los pueblos originarios en la etapa de colonización.
La propuesta de reconocimiento de los pueblos originarios no recibió ninguna respuesta de la corona española, lo que sirvió de motivo a Claudia Sheinbaum para decir que Felipe VI sería excluido de la lista de invitados en su toma de protesta.
Esto lo platicó con el presidente español, Pedro Sánchez, quien reprobó la decisión de Sheinbaum, y el gobierno dijo que no enviaría a ningún representante de España al evento. Con ello, las diferencias entre López Obrador y la corona española se trasladaron al escenario de la toma de protesta de la próxima mandataria mexicana y los funcionarios españoles.
“Confío en que esta circunstancia, que hoy pone de manifiesto nuestra diversidad de opiniones, sea también punto de partida para que México y España encuentren pronto nuevas vías de entendimiento”, dijo Sheinbaum.
Sin embargo, con base en lo dicho por la propia Claudia Sheinbaum en meses anteriores con la invitación a Vladimir Putin, presidente de Rusia, el rey español sí tuvo que ser invitado a la toma de protesta.
¿Por qué Felipe VI sí tuvo que ser invitado a la toma de protesta de Sheinbaum?
En agosto pasado, Claudia Sheinbaum justificó la invitación a Vladimir Putin y dijo que “son notas diplomáticas que se envían normalmente cuando hay tomas de posesión a todos los países con los que hay relaciones”.
Juan Ramón de la Fuente, quien será el próximo secretario de Relaciones Exteriores, dijo que estas invitaciones se hacen sin exclusiones y en automático a los países con los que hay relaciones.
En ese sentido, las relaciones entre España y México no se han roto, por lo que se debía hacer una invitación para que el jefe de Estado acuda al acto de toma de protesta de la Presidencia.
De acuerdo con la Constitución de España, en su artículo 56, apartado 1:
“El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.”
La invitación no iba para el jefe de Estado que es el rey Felipe VI, sino para la presidencia española, encabezada por Pedro Sánchez.