La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló, este lunes 28 de octubre, que los países de Latinoamérica y el Caribe deberían aumentar y estructurar mejor los impuestos sobre el tabaco en una nueva estrategia fiscal con el objetivo de reducir el consumo.
350 mil personas murieron solo en 2021, en América Latina y el Caribe, por enfermedades derivadas del tabaco, y el 40 por ciento de los casos de cáncer de vías respiratorias se atribuyeron a esta causa, señaló el informe de la OCDE.
La región destina hasta un 1.5 por ciento de su producto interior bruto (PIB) a los costos médicos derivados del consumo de tabaco. “El uso del tabaco conlleva costes económicos sustanciales”, detalla el documento.
Añade que los distintos productos del tabaco “siguen siendo asequibles en Latinoamérica y el Caribe”.
Ante esta situación, la OCDE propone un aumento de los impuestos especiales “lo suficientemente alto” como para que las empresas del sector se vean obligadas a pasar la mayor parte de ese incremento a los consumidores.
Los impuestos especiales a estos productos suponen una media del 0.5 por ciento del PIB regional, un tercio de los costos que el tabaco causa a los servicios sanitarios.
El organismo también sugirió hacer un seguimiento de la respuesta de las empresas de fabricación y distribución para asegurar que los impuestos aplicados tienen efectos reales en los precios de venta.
El objetivo de los impuestos sobre el cigarros es que el precio aumente de manera “que los fumadores reduzcan o terminen” el consumo, remarca el informe.
El incremento debería hacerse en coordinación con los ministerios de Hacienda y de Sanidad de cada país para asegurar su eficacia en la reducción del consumo de tabaco.
La estrategia propuesta por la OCDE incluye puntos como aplicar los mismos impuestos especiales a todos los productos elaborados por tabaco y propone aplicar impuestos similares a los nuevos productos con nicotina (en referencia a los ‘vapeadores’) para evitar su crecimiento en el mercado, especialmente entre los más jóvenes.
Dichos impuestos deberían actualizarse al ritmo de la inflación para asegurar que los productos de tabaco no se hagan más asequibles con el paso del tiempo.
La organización insiste en que, a largo plazo, el incremento de los impuestos sobre el tabaco “puede resultar en un descenso de ingresos” fiscales debido al previsible menor número de fumadores; sin embargo, remarca que “la reducción del costo sanitario y social sería mucho mayor que la pérdida de ingresos”, lo que daría un impacto positivo.