CIUDAD DE MÉXICO.- Arne aus den Ruthen Haag, quien recientemente renunciara al cargo de city manager en la Miguel Hidalgo, ocultó información a la Contraloría capitalina sobre cuatro empresas de su propiedad, por lo que existe una investigación abierta en su contra.
De acuerdo con su declaración de conclusión como "director general de Administración Delegacional" (el cargo de city manager no está reconocido dentro de la estructura gubernamental de la Ciudad de México), presentada el 22 de julio pasado, con folio 35731 (en poder de El Financiero), Arne aus den Ruthen manifestó, en el Apartado 3, "Ingreso mensual neto del declarante, cónyuge y dependientes", haber recibido "por servicios profesionales, participación en consejos, consultorías o asesorías", la cantidad de 7 mil 779 pesos de la empresa de su propiedad denominada Metrix Networks, SA de CV.
Asimismo, en el Apartado 4 declara los "montos netos recibidos en el periodo del 01/01/2015 al 31/12/2015", y en la parte denominada "por actividad industrial y comercial" reportó ingresos por 16 millones 600 mil pesos, provenientes de Metrix Networks, SA de CV, de la empresa Atlantis SAPI de CV (Farmacéutica), por dividendos y por la venta de un departamento.
No obstante, en esta declaración omitió reportar la actividad comercial de la empresa Poker Pasta, SA de CV, de la que es el presidente del Consejo de Administración y socio comercial, y en la que también su esposa, Silvia Smeke Rodríguez, aparece como socia.
Asimismo, omitió informar sobre Servicio Mecánico Único, SA de CV, en la que aparece como socio; Bio Ceuticals, SA de CV, donde también aparece como socio; e Inmobiliaria Multimédica, SA de CV, donde aparece como socio, vocal del Consejo de Administración y apoderado de la empresa.
En cambio, en su declaración sí reportó poseer "cinco mil gallinas ponedoras, con un valor de 500 mil pesos; 11 caballos, con valor de 850 mil pesos, y 150 borregos, con valor de 265 mil pesos".
La renuncia de Arne en la Miguel Hidalgo no fue porque se le clausuró el edificio de una de sus empresas, sino porque el SAT lo investiga por el manejo fraudulento de al menos 25 millones de pesos.
Hace unos meses, solicitó a Banorte dos créditos, uno por 10 millones y otro por 15 millones de pesos, que destinaría a remodelar el edificio en cuestión. Estos créditos no fueron hipotecarios sino basados en su capacidad empresarial.
Cabe señalar que, aunque el edificio ocupa tres predios de la calle General Tiburcio Montiel (16, 18 y 20), aus den Ruthen nunca pagó los impuestos por la fusión de éstos, por lo que la ley establece que en ese caso se pierden los derechos adquiridos con los que contaba el edificio y que los inmuebles se tienen que apegar a lo que al momento de la inspección se establezca como máximo para los niveles permitidos de un edificio (que son cinco).
El Invea le exigió demoler al menos tres de los niveles construidos, cosa que se negó a cumplir.
Así, decidió devolver el dinero de los créditos a Banorte, pero nunca enteró al SAT, pese a que por ley estaba obligado, por ser funcionario público, con lo que delinquió.