CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando a Jorge López Montes le encarcelaron a su hija Lilia Angélica (Angye), una bailarina detenida en el Aeropuerto de la Ciudad de México con droga en su maleta, presuntamente sembrada en Sudamérica, un amigo le recomendó contratar a Pablo Chapa Bezanilla.
"Me dijo que era muy bueno e influyente". Pero han pasado cinco meses y el exfiscal de los casos Colosio y Ruiz Massieu nada ha hecho.
"Sólo me quitó 70 mil pesos, equivalente a dos años de mi salario como maestro".
En entrevista con El Financiero, Jorge López aseguró que Chapa Bezanilla sólo visitó a su hija dos veces, se entrevistó una vez con el juez y tramitó dos amparos que le rechazaron "porque la juez dijo que estaban muy mal hechos, que estaban pésimos".
Recordó que su hija de 21 años estudiaba el segundo año de Danza Folclórica en el INBA y que el 24 de diciembre de 2014 viajó a Colombia a realizar un casting, pero no logró ocupar un lugar en una compañía de danza en aquel país.
El 31 de diciembre regresó a México en un vuelo de Avianca, procedente de Bogotá, y al ser revisada por las autoridades le encontraron tres kilos de cocaína en su maleta, por lo que fue detenida.
Afirmó que desde que habló a Chapa Bezanilla, el 1 de enero pasado, lo sintió déspota y prepotente, pero lo que quería era sacar a su hija de prisión y confió en él.
Jorge no sabía de los antecedentes de Chapa, al que se le atribuye haber utilizado videntes y sembrado restos humanos para aclarar el homicidio de Ruiz Massieu.
Informó que en el primer encuentro, el exfiscal de la PGR le exigió 20 mil pesos "sólo por llevar el caso", además de que le pidió 10 mil pesos mensuales, independientemente del resultado de la investigación.
"Me hizo firmar un contrato en el que yo me obligada a pagar esa cantidad mensual y según él se comprometió a sacar a mi hija, pero no puso plazos ni nada", detalló el profesor de educación física.
Recordó que sus ingresos no le daban para pagar esa cantidad por lo que tuvo que vender literalmente todo. "Vendí la tele, la estufa, el DVD, la sala, unas joyas que tenía, relojes, ropa y hasta mi colección de tenis Jordan que junté durante muchos años, lo vendí todo, me quede en la calle".
Dijo que luego de cinco meses de no ver resultado con el caso de su hija, un día una amiga de la familia le recomendó a otro abogado.
"Como yo no veía avance acepté y le hablé al licenciado Chapa Bezanilla para decirle que ya no iba a requerir de sus servicios", contó.
—¿Y qué le dijo él?
—Se enojó. Se puso muy molesto, me dijo algo que no alcancé a escuchar y me colgó.
—¿Así nada más?
—Sí me colgó y ya no he sabido nada de él.
—¿Exigiría usted que le regresen su dinero, en el entendido que dice usted que Pablo Chapa Bezanilla no hizo nada?
—Yo lo que quiero es que mi hija salga libre. Mientras salga mi hija no me interesa ese dinero ni nada, total como dicen hay un dios que todo lo ve y ya se encargará de juzgarlo a él.