El 2020, año que recién concluyó, se convirtió en el más letal para los elementos policiales en México. De hecho, la muerte de agentes de seguridad municipal, estatal o federal a manos de miembros de la delincuencia se incrementó 16 por ciento, respecto de 2019.
Un recuento de casos que elaboró la organización no gubernamental Causa en Común, revela que en 2020 fueron asesinados en cumplimiento del deber al menos 515 policías, promedio de 43 al mes, 10 a la semana o uno cada 16 horas.
Se trata de una cifra 16 por ciento mayor a la registrada en 2019, cuando fueron asesinados al menos 446 agentes, es decir un promedio de 37 casos mensuales; cifra similar a la de 2018, con 452 policías asesinados.
De acuerdo con la ONG, la cifra de policías asesinados podría ser mayor debido a que el reporte sólo refiere los casos que son publicados en los medios de comunicación impresos o digitales.
Según el informe, el top ten de los estados con mayor número de policías asesinados en 2020 son Guanajuato, Veracruz, Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Michoacán, Ciudad de México, Sonora, San Luis Potosí y Zacatecas.
Guanajuato es la entidad con más policías asesinados y su registro ha ido en aumento. En 2020 hubo 82 casos, cifra 12 por ciento mayor a la de 2019, cuando registró 73 casos y 24 por ciento mayor a la cifra de 2018, cuando hubo 66 casos.
Especial interés representan los casos de Veracruz, San Luis Potosí y Zacatecas, ubicadas también en el top ten, pues registraron en 2020 exponenciales incrementos en los casos de policías asesinados.
Veracruz, segundo lugar a nivel nacional, tuvo un alza del 138 por ciento, al pasar de 16 casos registrados en 2019, a 38 en 2020.
Destaca el ataque simultáneo que se registró en febrero de 2020 contra policías municipales y estatales en Orizaba, Veracruz, cuatro de los cuales murieron como consecuencia de los disparos efectuados por miembros del crimen organizado.
En San Luis Potosí, el homicidio de policías se incrementó en 375 por ciento, al pasar de cuatro casos en 2019, a 19 durante todo el 2020.
Destaca el caso de cuatro policías ministeriales del estado que fueron ejecutados el 24 de julio pasado en el poblado Villa de Arista, evento donde los criminales también habrían intentado "bajar" un helicóptero de la policía.
Un mes antes, el 24 de junio de 2020, fue detenido en esa zona Noé Israel Lara Belman, El Puma, cofundador del Cártel Santa Rosa de Lima y segundo al mando de José Antonio Yépez, El Marro.
Zacatecas tuvo un alza de 178 por ciento en el número de policías ejecutados, al pasar de nueve durante 2019, a 25 en 2020.
Destaca el caso de Ricardo Barrón Guzmán, director de Seguridad del municipio de Juan Aldama, y uno de sus escoltas, ejecutados el 19 de septiembre, cuando un grupo sicarios del crimen organizado atacó la comandancia de policía.
El mando asesinado suplía a Víctor Hugo Salazar, también ejecutado, aunque el 30 de julio de 2019.
Otros estados con alta incidencia de policías asesinados son Estado de México, con 39; Guerrero, con 37 casos; Chihuahua, con 35; Michoacán, con 26, y en la Ciudad de México fueron 22.
Entre los policías asesinados en 2020 están 12 elementos de la Guardia Nacional y tres agentes de la Fiscalía General de la República.
A nivel estatal, los policías que más fueron asesinados durante 2020 son los municipales, con al menos 262; seguido de los estatales, con 203. En estos rubros se incluyen agentes de tránsito y elementos de vigilancia de centros de readaptación social, siete de ellos de estatales y uno federal.
Comandante que detuvo a líder de La Unión, ejecutado
Javier Calderón Garnica, comandante de la Policía de Investigación de la Fiscalía de Justicia del Estado de México, fue ejecutado a tiros, en calles de la Ciudad de México, de donde era originario.
El elemento, quien era coordinador de la policía ministerial en Tlalnepantla, ya había sufrido un atentado luego de que participó en un operativo en el que se detuvo a uno de los líderes fundadores del grupo La Unión Tepito.
Registros oficiales señalan que el comandante fue uno de los agentes que diseñó y coordinó el operativo que derivó en la detención de Ricardo López, El Moco, uno de los líderes de La Unión.