CIUDAD DE MÉXICO.- En la actual administración, a partir del 2013, ha habido un repliegue de las tropas del Ejército Mexicano que realizan tareas de seguridad pública.
En lo que va de la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, alrededor de 17 mil elementos, que se encontraban en "campaña" permanente contra el narcotráfico en la administración anterior, han regresado a los cuarteles.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en 2011 había 52 mil 690 soldados desplegados en el territorio nacional, mientras que en 2014 esa cifra cayó a 35 mil 615.
Esa baja en el número de efectivos de la Sedena representa un 32 por ciento menos, de acuerdo con información obtenida con solicitudes de acceso a la información.
Esta cifra es representativa si se toma en cuenta que el mayor número de efectivos desplegados a lo largo y ancho del territorio nacional son del Ejército Mexicano, le sigue la Policía Federal y, finalmente, la Secretaría de Marina.
De acuerdo con el especialista en seguridad, Gerardo Rodríguez Sánchez, de la Universidad de las Américas Puebla, el repliegue coincide con el anuncio de Peña Nieto, de promover más la prevención de la violencia y retirar, gradualmente, las Fuerzas Armadas de operaciones de seguridad pública.
Sin embargo, acota, todavía es significativa la presencia del Ejército patrullando y protegiendo varias regiones del país, principalmente Michoacán, Tamaulipas, Estado de México y Guerrero.
"Sí hubo un repliegue de las Fuerzas Federales en esta administración, a partir del 2013. Las bases de operación mixtas, las famosas BOM, fueron reducidas significativamente", señala.
De acuerdo con la Sedena, el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, en cumplimiento de sus misiones establecidas en su ley orgánica, aplica la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosiones durante la materialización de operaciones para reducir la violencia, de erradicación de enervantes e intercepción.
Además, actúa en coadyuvancia de las autoridades federales, estatales, del DF.
Contrario a lo que se cree, el expresidente Felipe Calderón no sacó al Ejército para tareas de seguridad públicas.
No obstante, su sexenio se caracterizó por un considerable aumento ede operaciones urbanas.
De acuerdo con el Atlas de la seguridad y la defensa de México 2012, el incremento de la presencia militar en zonas urbanas se refleja en un notable número de retenes que funcionan como filtros de seguridad estáticos, convoyes que patrullan zonas en búsqueda de blancos de oportunidad, operaciones de grupos especiales para capturar capos, presencia de helicópteros y despliegues de fuerza para llevar a cabo inspecciones, desalojos y, en muchas ocasiones, detenciones masivas de corporaciones policiacas enteras.
El Atlas, realizado por el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, señala además que durante todas estas maniobras se producen enfrentamientos que terminan en balaceras, a menudo verificadas en pleno centro de ciudades y pueblos, zonas turísticas, comerciales e industriales.
"Es precisamente a este aumento en las operaciones en zonas urbanas, ligado a un incremento en las disputas entre cárteles rivales producidas por la fractura de los mismos, y por una reacción general de los grupos criminales de todo tipo ante la presencia o la ausencia del Estado, a lo que en México se le denomina la guerra", señala el documento.