JOJUTLA.- El gobernador de esta entidad, Graco Ramírez Garrido Abreu, reconoció que por enfocarse a una posible erupción del volcán Popocatépetl, la administración estatal no previno un sismo como el que ocurrió el pasado 19 de septiembre, y será hasta ahora, después de la tragedia, cuando se implementarán protocolos como el formar parte del sistema sísmico nacional (alarma sísmica) y adquirir un seguro contra desastres.
"He dicho que después del terremoto los morelenses no somos los mismos, estamos ante un nuevo reto: somos zona sísmica", afirmó en conferencia de prensa ofrecida en la zona que registró mayores daños. Anunció que se harán nuevos mapas de riesgos y se harán las adecuaciones necesarias en la normatividad tanto estatal como municipal para la construcción de edificios.
"El tema de los sismos no era parte de nuestra cotidianidad. Nos habíamos concentrado en la cobertura del volcán Popocatépetl, para él sí había un mapa de riesgos, rutas de evacuación y una cultura de atención", comentó.
Reconoció que nadie en Morelos se imaginó que el sismo de 7.1 grados en escala de Richter modificaría incluso el mapa geológico de la entidad, es decir, que desvió manantiales y abrió grandes cavidades en la tierra, por lo que ahora el Instituto de Geología de la UNAM y el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua están trabajando para analizar cómo quedaron las capas subterráneas.
Lo anterior, durante una gira de trabajo de la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, en la que se informó que en Jojutla tuvieron afectaciones graves 774 viviendas y 1 mil 806 daños parciales.
Ambos funcionarios recibieron el reclamo de las personas que viven en casas de campaña en el interior de unidades deportivas, ante lo cual, Rosario Robles pidió a los afectados tener paciencia, porque la reconstrucción es un proceso largo y anunció que el 15 de noviembre inicia la distribución de las tarjetas bancarias.
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