CHILAPA.- La desaparición de 30 personas en este municipio por parte de un grupo civil armado, que irrumpió entre el 9 y 14 de mayo pasados, forma parte del eslabón de un conflicto que inició en julio de 2014 entre los grupos criminales de la región: Los Rojos y Los Ardillos, y que hasta la fecha ha dejado como saldo 101 desaparecidos documentados.
José Díaz Navarro, vocero de las víctimas —luego de que en noviembre desaparecieron a dos de sus hermanos—, comentó que la mayoría de los familiares de los levantados no se atreve a denunciar por miedo o por amenazas.
Minutos antes de la reunión que sostuvo con el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, reiteró que fueron 30 los desaparecidos durante la irrupción armada de la semana pasada, pero 14 familias no denunciaron.
Destacó que entre julio de 2014 y mayo de 2015, la cifra de desapariciones forzadas ha sido de 200, aunque sólo 101 han sido documentadas por las denuncias que han presentado los familiares.
En entrevista con El Financiero, el vocero comentó que el pasado 27 de noviembre fueron levantadas 11 personas, que días más tarde aparecieron decapitadas.
Indicó que dos días después, el 29 de noviembre, fueron desaparecidos dos de sus hermanos, un sobrino y dos arquitectos, sin que al momento se conozca su paradero.
Díaz Navarro manifestó que la forma de actuar de este grupo armado no tiene nada que ver con las policías comunitarias, sino que se trata de integrantes de Los Ardillos, que disputan la plaza con Los Rojos, desde julio del año pasado.
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LLEVABAN ARMAS DE ALTO PODER
A unos pasos del vocero están madres, padres, hermanos, primos e hijos de siete de los 30 desaparecidos. Los familiares esperan respuestas de las autoridades. Portan fotografías de los que se llevaron.
La esposa de uno de ellos, una mujer de unos 23 años, narró que el grupo "no portaba machetes, ni rifles, ni escopetas, ni armas cortas, sino que llevaba fusiles de alto poder e iban tapados de la cara".
Otra esposa platica: "me contaron que una persona que iba en la parte trasera de la camioneta lo señaló y dijo: 'a ese también', y los hombres lo subieron a golpes".
Familiares de los desaparecidos —quienes no dieron sus nombres por motivos de seguridad— narraron que los hombres armados, la mayoría encapuchados, provenían de al menos 16 de las 146 comunidades de la región, y que llegaron a la cabecera municipal por diversos puntos e instalaron retenes en los accesos del ayuntamiento.
Detallaron que al día siguiente de la irrupción, hicieron público un documento en el cual acusaron al alcalde priista de Chilapa, Francisco García, de proteger a Los Rojos.
Los civiles armados acusaron a los pobladores, que se manifestaron en contra de la ocupación, de estar orquestados por el exregidor Francisco Benítez Domínguez, a quien señalaron de pertenecer a Los Rojos, mientras que los pobladores acusaron a ese grupo de ser de Los Ardillos, afianzados en el municipio de Quechultenango.