La imaginación de los grupos criminales para traficar droga, armas o dinero producto de actividades ilícitas no tiene límite, y su persistencia tampoco.
En mayo, durante el pico de la pandemia por COVID-19, se incrementaron casi al doble los aseguramiento de objetos o sustancias ocultos en cualquier cantidad y tipo de cosas. Esto implica también un incremento en los intentos de los criminales para traficar droga, armas o dinero.
Datos oficiales consultados por El Financiero revelan que en lo que va de 2020 tan sólo la Guardia Nacional ha incautado 204 envíos de droga, armas, así como unos 30 millones de pesos y más de 2 millones de dólares en efectivo.
En enero fueron 25 aseguramientos, 46 en febrero, 40 en marzo, 34 en abril y 59 en mayo, estos últimos durante la etapa más grave del Covid-19.
Los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, acaparan el número de aseguramientos, pero éstos también se han dado en otras 20 entidades.
Según los reportes, los delincuentes esconden la droga, armas o dinero en productos alimenticios como queso, chocolate, pasta de mole, conserva de calabaza, e incluso tortillas de maíz.
Así como en objetos de madera, muebles, autopartes, herramientas, o compartimentos secretos de vehículos o en objetos peculiares como piñatas, artesanías o huaraches.
Uno de los casos más llamativos ocurrió el 15 de mayo en el aeropuerto de Tijuana, donde la Guardia Nacional incautó 5 kilos de fentanilo en los asientos y baño de un avión comercial. El 7 de abril, en el Aeropuerto de la Ciudad de México, se incautaron 49 kilos de fentanilo procedente de Hong Kong.
En el aeropuerto de Ciudad Juárez, Chihuahua, se detuvo el 20 de marzo a una persona con oro valuadas en 5 millones de dólares y 17 de abril, en la zona de paquetería de la misma terminal se detectó un lingote de oro valuado en 1.5 millones de dólares.
También se han incautado animales exóticos o en peligro de extinción como serpientes, lagartos, pericos, guacamayas, iguanas, leones, búhos; así como coral vivo, huevo de tortuga, buches de totoaba o pieles exóticas.
Las autoridades federales ha tenido éxito en la localización e incautación de estos cargamentos gracias a herramientas tecnologías de rayos X y en el uso de perros adiestrados.