Nacional

Encuesta de El Financiero, la más exacta

El Financiero publicó un escenario de votantes probables, en el que López Obrador contaba con el 55 por ciento de la intención del voto.

La estimación de la última encuesta nacional de El Financiero sobre intención de voto para presidente de la República fue la más exacta entre por lo menos 20 encuestas finales de diversas empresas y organizaciones, al obtener un punto porcentual de error promedio y solamente un punto de error en su estimación de la ventaja del ganador sobre el segundo lugar.

Así lo muestra un comparativo de las publicaciones de las últimas encuestas con los resultados preliminares de las elecciones del domingo.

Además de tener un error muy bajo, la estimación de votantes probables de El Financiero tuvo cero desviación con respecto al porcentaje de votos obtenidos por el primer lugar, que queda en 55 por ciento una vez que los votos de candidatos no registrados se eliminan junto con los nulos y se toma el voto válido.

La encuesta también acertó su estimación de cuántos saldrían a votar, al prever 64 por ciento de participación probable, la cual finalmente fue de 63 por ciento.

En esta evaluación se considera el "error promedio", que se refiere a la suma de desviaciones de la encuesta con respecto al resultado oficial que obtuvo cada candidato, dividido entre el número de candidatos, así como el "error ventaja", que es la diferencia en puntos entre la estimación de la ventaja del primero sobre el segundo lugar en la encuesta y lo que finalmente arrojó la elección. Entre más cercano a cero son estos indicadores, la exactitud de la encuesta es mayor.

En ambas métricas, la estimación de votantes probables tuvo apenas un punto de error, mientras que en el dato de portada del El Financiero, que no consideraba la probable participación, el error promedio fue de 2.5 puntos y el error ventaja de apenas un punto.

Como comparativo, el gremio en su conjunto tuvo un error promedio en la estimación del voto presidencial de 5.1 puntos, con empresas que registraron errores de más de 8 puntos, y un error ventaja promedio de 12 puntos, habiendo empresas que tuvieron más de 15 puntos de error.

El error más grande del gremio en su conjunto se dio en la estimación del voto para López Obrador, en el cual se promedia una desviación de 8 puntos con respecto al resultado oficial preliminar de 55 por ciento. En ese caso, El Financiero tuvo una desviación de 0 en su estimación de voto probable y de sólo 1 punto en su estimación de portada.

El segundo error más grande para el gremio se dio en el voto por José Antonio Meade, que promedió 5.8 puntos, y en cuyo caso las desviaciones de El Financiero fueron de 2 y 5 puntos.

En el caso de Anaya el error general fue de 4.2 puntos, y las desviaciones de El Financiero de apenas 1 y 2 puntos.

Tanto en su comparación con el resultado oficial preliminar como con el resto de las encuestadoras, El Financiero destaca por su exactitud en las estimaciones de la elección presidencial.

Otras encuestas que fueron muy exactas en la elección presidencial son las de Parametría y Berúmen, con errores promedio de 1.5 y 2 puntos, aunque esta última, con poco más de 13 mil entrevistas, registra un error ventaja de 6 puntos, mayor al promedio gremial.

Encuestas en los estados

El Financiero también llevó a cabo encuestas preelectorales en seis de las nueve entidades donde hubo elecciones para gobernador, incluida la de jefe de Gobierno en la Ciudad de México.

En estos casos también se logró un alto grado de exactitud de encuestas, como ilustran los casos de Morelos y Yucatán, donde se obtuvieron errores promedio de 1.2 y 1.5 puntos, además de Guanajuato y Jalisco, en donde el error ventaja fue cero.

El error promedio de las encuestas de El Financiero considerando las seis elecciones en las entidades, fue de 2.6 puntos, y el error ventaja promedio de tan solo 1.5 puntos.

Para hacer estas comparaciones se consideran los porcentajes efectivos de las respectivas encuestas que se publicaron en estas páginas, así como los resultados válidos de la elección eliminando votos nulos y candidatos no registrados.

Queda pendiente la comparación con las encuestas que otras encuestadoras publicaron en esas y otras entidades.

Para transparentar aún más esta evaluación, y por falta de espacio aquí, los gráficos comparativos entre encuesta y elección se pondrán en esta cuenta de Twitter: @almorenoal.

Las agregadoras

En estas elecciones lució mucho el formato de las agregadoras de encuestas, que además de ofrecer recopilaciones de datos, análisis e innovaciones gráficas, daban promedios de encuestas con base en su propia selección, tanto de encuestadoras como de métodos de ponderación.

Los promedios de las agregadoras son sensibles a la calidad de las encuestas publicadas, por lo que si a estas en general les va bien las agregadoras deben salir bien.

Aunque las diferencias entre ellas son muy pequeñas, la agregadora más exacta fue la de Bloomberg (con 2.8 puntos de error promedio y 6 puntos de error ventaja), en segundo lugar la de Nación 321 (3, 6), en tercer lugar GPolls (3.1, 8), en cuarto lugar Numérika (3.5, 9), si se considera el error ventaja como criterio de desempate, en quinto lugar Oraculus (3.5, 10) y en sexto El País (4, 10). Algunas agregadoras empleaban rangos de estimación, por lo que para esta evaluación se tomó el promedio de los rangos finales que publicaron.

Por lo mismo que son promedios de varias encuestas, ninguna de las agregadoras logró el grado de exactitud que tuvieron encuestas individuales, como El Financiero o Parametría.

Hay que destacar la recopilación de datos que hizo la agregadora del CEDE (Colegio de Especialistas en Demoscopía y Encuestas), no solamente a nivel de presidente, como hizo el resto de las agregadoras, sino para cada una de las elecciones para gobernador, contribuyendo a una mejor y más detallada documentación de la demoscopía en este proceso electoral.

Controversias

En estas elecciones, los resultados de encuestas como las de El Financiero, Parametría, Berumen, Demotecnia y Reforma muestran que las controversias en torno a los porcentajes efectivos, los indecisos, la tasa de rechazo y otros aspectos con los que se descalificó a los sondeos, fueron más bien fútiles.

Por otro lado, las estimaciones con errores de 4, 5 o más puntos nos obligan a seguir en una constante reflexión y mejoramiento tanto en las técnicas demoscópicas, como en las prácticas de publicación de sondeos de carácter electoral.

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