En 42 minutos, el presidente Andrés Manuel López Obrador resumió dos años de gobierno con autoelogios y 97 compromisos que –aseguró– ya se cumplieron, un fuerte respaldo a las Fuerzas Armadas, críticas a la "oposición conservadora" y al sistema de salud que le heredó el neoliberalismo. Dejó como pendientes solo tres promesas de campaña, tres delitos de alto impacto sin zanjar –homicidio, feminicidio y secuestro–, y puso sobre la mesa la vacuna contra el COVID-19.
El Presidente concluyó su segundo año de gobierno con un mensaje desde el patio central de Palacio Nacional, el octavo desde que asumió el encargo, y que quedó registrado con el distanciamiento social y la ausencia del pueblo.
No hubo besamanos, pero sí 80 selectos invitados con un metro de separación, la mayoría sin cubrebocas. Una silla vacía a un lado del atril presidencial y una mampara con la caricatura del recinto.
Habló de corrido, sin escalas y se apegó al discurso. Recordó su primer día, evocó a Juárez, mencionó todos los programas sociales y las obras insignia; recorrió los compromisos de campaña, y reconoció solamente tres pendientes: descentralizar el gobierno, impulsar el desarrollo de energía renovables y conocer la verdad del caso Ayotzinapa.
Celebró sus cruzadas: contra la corrupción, contra el robo de hidrocarburos, contra el fraude electoral, "la nueva política económica, fincada en la moralidad", y reiteró su rescate a Pemex y a la CFE ante "la embestida privatizadora".
Reafirmó su pronóstico de que la crisis tendría un comportamiento en forma de "V", y lanzó un nuevo: "en marzo lograremos alcanzar de nuevo los 20 millones 613 mil 536 puestos de trabajo".
De ahí, vino la danza de números, y de lo social pasó al tema de la seguridad.
"Aunque todavía falta mucho para pacificar al país, sostenemos con hechos, pues se revirtió la tendencia al alza en la mayoría de los índices delictivos, con excepción del homicidio, el feminicidio y la extorsión, que han aumentado en 3.8 por ciento, 8.9 por ciento y 21 por ciento, respectivamente".
El respaldo a los soldados y a los marinos de México también llegó, quienes están "inaugurando una etapa nueva en su función de servicio a México" con labores de seguridad pública, protección de instituciones, auxilio a la población, ejecución de obras, dragado de ríos, limpiar playas, construir canales, aeropuertos, sucursales bancarias, administrar puertos, vigilar aduanas, y cultivar árboles.
Pero el discurso triunfal también se vio en el manejo de del virus SARS-CoV-2, que "nos obligó a tomar medidas que paralizaron la economía".
"Pero en vez de quedarnos con los brazos cruzados", y "a pesar de heredar un sistema de salud en ruinas minado por la corrupción", se enfrentó la crisis sanitaria y económica con estrategias "no convencionales". En ocho meses –presumió– se habrían otorgado alrededor de 2 millones 750 mil créditos para actividades productivas y vivienda.
En cuanto a las 106 mil 765 personas que han muerto, "les recordaremos siempre", y hacia el futuro, "hemos establecido relaciones con farmacéuticas y gobiernos internacionales para obtener y aplicar, lo más pronto posible, la vacuna contra el Covid-19".
En total, el acto se concretó en 51 minutos. Concluyó con un mensaje para los suyos, aseguró que "ya están sentadas las bases de la transformación", y redujo el discurso a una pugna entre liberales y conservadores.
"Se está llevando a cabo una transformación impulsada por nuevas ideas liberales que buscan acabar con privilegios de minorías conservadoras, acostumbradas a medrar al amparo del poder económico o del poder político", enfatizó el mandatario.