El Gobierno federal de México ha dado marcha atrás a parte de los recortes presupuestarios de alrededor de 130 millones para el sistema de sanidad tras las advertencias de los hospitales sobre la grave escasez de medicamentos que salvan vidas para recién nacidos, enfermos de cáncer y otros pacientes.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, dijo el viernes pasado que se estaban revisando los gastos para eliminar la corrupción en el sistema hospitalario y que los fondos están fluyendo ahora.
Jorge Salas Hernández, quien dirige uno de los 26 hospitales que dieron la alarma, dijo que las instituciones de salud han recibido 37 millones de dólares de lo que solicitaron.
Estos recortes podrían haber empeorado la situación de la salud pública, dijo Salas en una entrevista. El Gobierno ahora lo entiende muy bien y ha comenzado el proceso de restablecimiento de recursos.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo en diciembre, ha recortado los presupuestos a casi todas las secretarías a fin de redirigir fondos hacia los programas sociales de preferencia y hacia las medidas que dice que combatirán la corrupción generalizada.
Pero los recortes a la salud pública fueron demasiado lejos, y los hospitales elevaron sus quejas al Congreso para poder financiar suministros y servicios básicos. Las consecuencias podrían dañar la popularidad del presidente.
Los 26 hospitales, incluidos muchos que tratan afecciones especiales, advirtieron de todo tipo de situaciones, desde una reducción del 50 por ciento en las cirugías en un hospital infantil debido a la escasez de suministros para anestesia, hasta el riesgo de infección debido a la falta de antibióticos en un centro de neurología.