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Ingeniero mexicano construye casas 'de plástico' resistentes a sismos

Ramón Espinosa Solís, egresado de la Universidad de Guadalajara, diseñó un material hecho a base de botellas de champú o leche y sillas rotas para construir casas.

Ramón Martín Espinosa Solís, ingeniero mecánico eléctrico egresado de la Universidad de Guadalajara (UdG), desarrolló un material para construir casas amigables con el ambiente y resistente a movimientos sísmicos.

Este material no requiere de mantenimiento, aire acondicionado o calefacción para ofrecer una buena calidad de vida a sus habitantes y es más resistente a movimientos sísmicos, debido a que es flexible.

"En esta casa no hay aire acondicionado, y la diferencia de la temperatura con el exterior es de alrededor de seis grados centígrados. Esto se debe a los materiales aislantes que provocan una transmisión de calor lenta.

"Además, el diseño arquitectónico bioclimático permite una ventilación cruzada, por lo que es erradicado el calor que logra transmitir el material desde el exterior hacia el interior", describió el ingeniero.

El tiempo de construcción de una casa de 50 metros cuadrados puede durar entre tres y cuatro semanas, mientras que una hecha con materiales convencionales se construiría en un tiempo de tres a cuatro meses, informó la institución en un comunicado.

Además, destacó que al usar plásticos recolectados el costo del se reduce hasta 50 por ciento.

Las placas de plástico que se emplean para la construcción de casas que están hechas a base de plásticos como botes de champú, botellas de leche o sillas rotas; es resistente y se estima que pueden durar hasta 100 años, mientras que la vida de una casa convencional es de 50 a 70 años.

Para construir la casa se usan placas de un metro 20 centímetros de ancho por dos metros 40 centímetros de alto, con un grosor para los muros de 10 a 13 milímetros.

Fabricación de las placas con este material: se separan los plásticos y se muelen; una vez molidos se hacen mezclas (sin necesidad de agua) de acuerdo a la rigidez que se busca obtener, luego se pone en un horno a 220 grados centígrados para obtener las placas.

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