CHILPANCINGO. Policías antimotines con granadas de gas lacrimógeno y pimienta pretendieron desalojar a unos cien integrantes del Frente Unido de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG), que horas antes quemaron mobiliario de oficina y documentación, además de causar otros destrozos en las oficinas de la Secretaria de Educación Guerrero.
Los manifestantes exigían instalar una mesa de diálogo con el secretario de Educación a quien le exigen plazas para los egresados y que no se apliquen los exámenes de oposición; además se quejaron porque las funcionarios de esa área no los habían atendido en otras demandas.
Además pidieron al gobernador sustituto Rogelio Ortega que despida a los servidores públicos que no le estén rindiendo buenas cuentan y no atiendan la demanda ciudadana.
El incidente se registra a menos de 24 horas de haber ratificado a Rogelio Ortega al frente del gobierno de Guerrero.
Los manifestantes, quienes iban cubiertos del rostro, dijeron que "basta ya de tanta mentira política que se maneja en este estado; queda claro que las autoridades incompetentes se deben ir del gabinete, porque solo saben reprimir".
Agregaron que seguirán en pie de lucha y que si no hay respuestas positivas a sus peticiones "tendremos que quemar otras oficinas, y la autoridad que no cumpla se tiene que ir, no puede estar aquí atendiendo al pueblo, las demandas se tienen que cumplir, por eso rompimos el diálogo y seguiremos con este tipo de acciones".
Y al grito de "si no hay solución se hará la quemazón" prendieron con bombas molotov varios espacios de la dependencia estatal.
Fuera de ese espacio, madres y padres de familia se quejaron por lo que consideraron actos inconscientes y delincuenciales por el riesgo que corrieron unos 30 niños que se encontraban aun en una estancia infantil del IMSS, ubicadado a un lado de la secretaria de Educación.
Los padres explicaron que en la estancia hay tanques de gas "que pudieron haber explotado porque los manifestantes no miden la dimensión de sus actos".
Poco después llegaron los policías antimotines para intentar desalojar a los egresados normalistas, contra quienes aventaron granadas de gas lacrimógeno y gas pimienta, lo que provocó mayor inconformidad entre los padres que apresurados llegaron por sus hijos por la irritación en ojos y piel que causa ese tóxico.
Finalmente, los policías se retiraron del lugar y los egresados continuaron dentro de las instalaciones de la SEG en espera de ser atendidos por autoridades de esa área.