La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México avanza en la identificación de los participantes en el homicidio de dos sujetos israelíes, asesinados el 24 de julio pasado, en un restaurante de Plaza Artz.
Autoridades de la dependencia informaron que una de las personas en las que se pone especial atención es la mujer rubia que, al momento de la agresión, compartía la mesa con las víctimas.
Hasta ahora se sabe que fue esta mujer la que reservó la mesa donde comió junto con Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay. El encuentro, según las autoridades, sirvió para "poner en la mira" a los sujetos de origen israelí.
La mujer se identificó ante el personal del restaurante Hunan como Vanesa Bayer, mismo nombre que habría utilizado en reuniones previas, que sostuvieron en un restaurante del Hotel Royal Pedregal.
Versiones periodísticas afirman que la mujer sería enlace del Cártel de Jalisco Nueva Generación, encargada de "gestionar" el pago de una deuda que tenían Sutchi y Azulay, quienes fueron ejecutados al negarse a saldar la deuda.
Sin embargo, las autoridades capitalinas no han hecho pronunciamiento alguno respecto a esta supuesta línea de investigación.
En tanto, la defensa de Esperanza N, la mujer que disparó contra los israelíes y quien fue trasladada durante la madrugada a un penal de alta seguridad en Morelos, aseguró que hasta el momento la Procuraduría capitalina no ha aportado ninguna evidencia contundente contra su clienta.
Recordó que dos de los testigos, empleados del restaurante Hunan, quienes dijeron haber atendido a Esperanza N y se refirieron a ella como una mujer de 50 años y pelo rubio, lo que debilita la imputación en su contra.
No obstante, en el expediente, versiones de otros testigos que identificaron a Esperanza 'N', con base en esos dichos y evidencias las autoridades, advierten que fue dirigida "en tiempo real" desde otro punto del restaurante.
Además, un testigo refirió que la mujer fue abandonada por uno de sus cómplices quien insistentemente le dijo que corriera, que se apurara, pero al ver que no llevaba su mismo ritmo de escape, simplemente la dejó a su suerte.
El Financiero acudió a la casa donde hasta hace unos días vivía Esperanza N. Se trata de una construcción ubicada en la colonia Selene, en Tláhuac.
La vivienda es de niveles y aún se encuentra en obra negra; en ella no había nadie. Los vecinos aseguran que salieron desde que detuvieron a Esperanza N y a la fecha no han regresado.
Dijeron conocer a Esperanza N, y que al enterarse de su detención quedaron completamente sorprendidos, pues aseguraron que lucía como una mujer con una vida cotidiana sin sobresaltos, que cuidaba bien de sus dos hijos y que tenía una relación sentimental, aunque de su pareja tampoco se sabe nada.