New York Times Syndicate

36 horas en Zanzíbar, Tanzania

Conoce y disfruta en un fin de semana la región de Zanzíbar, un grupo de islas ubicado al oriente de Tanzania. En este lugar podrás nadar en playas hermosas de arena blanca, visitar palacios de sultanes y deleitarte con una vasta y extraña gastronomía. 

El nombre de Zanzíbar - región ubicada en la costa oriental de Tanzania - evoca imágenes de palacios de sultanes, playas paradisiacas y callejones serpenteantes que desembocan en bazares pletóricos de especias.

Este archipiélago coralino del Océano Índico sigue teniendo muchas de las características que tenía cuando era un importante centro comercial y su histórica Ciudad de Piedra servía de capital a un sultanato omaní.

La isla más grande de Zanzíbar, Unguja, alberga a la mayoría de las atracciones culturales, muchas de las cuales se encuentran en la seductora Ciudad de Piedra, declarada Herencia de la Humanidad por la Unesco en 2000.

Los palacios se han convertido en museos y centros culturales, y las grandes mansiones swahilis han reencarnado en restaurantes y hoteles exclusivos. Sin embargo, la costa sigue ofreciendo la "vista deliciosa" que registró el explorador Sir Richard Burton, de "una costa bordeada de cacao del más puro blanco y de un mar azul como losa de lapislázuli".

1
Viernes

4 p.m.

CIUDAD DE PIEDRA

Vagar por las estrechas vías de la Ciudad de Piedra ya entrada la tarde, pasando por casas de coral y tiendas de curiosidades apenas iluminadas quizáS sea el placer más simple de esta ciudad. Muchos edificios datan del siglo XIX y su característica más impresionante son sus puertas decoradas. Talladas en caoba o teca, algunas puertas zanzibareñas están adornadas con púas de bronce, mientras que otras tienen grabados complicados diseños, como lianas y flores de loto.

Los portales más famosas son la puerta dorada de la Casa de las Maravillas, la entrada al Viejo Fuerte y una colección de puertas en la calle de Baghani. En la librería Gallery puede adquirir un mapa de las mejores puertas de la Ciudad de Piedra por 4 dólares. También puede ordenar un refrescante batido de mango y coco (2.55 dólares) para llevar en el Lazuli, un pequeño café con una puerta turquesa.

6 p.m.

POESÍA CANTADA

El célebre género musical de la isla, llamado taarab, es una fusión de influencias swahilis, árabes e indias, en reflejo de las numerosas culturas que han pasado por Zanzíbar. Este estilo de poesía cantada melodiosamente, acompañada de una orquesta completa, se volvió popular en la década de 1870, cuando se interpretaba en la corte del sultán.

Hoy en día, los visitantes pueden disfrutar de conciertos de taarab en las ruinas del palacio Mtoni, residencia del sultán en el siglo XIX. Dirigidos por el apreciado músico Mohammed Issa Matona, los estudiantes de la Academia de Música Dhow Countries interpretan complicadas y obsesionantes canciones en un jardín al aire libre iluminado por una fogata. El evento, que cuesta 45 dólares, incluye también una cena zanzibareña de atún al cilantro, bistec al jengibre, bolas de masa con miel y, se lo advertimos, algunas bobas representaciones de hechos históricos.

9 p.m.

REFRIGERIOS EN EL PUERTO

Dé un pausado paseo por el mercado de alimentos vespertino en los jardines Forodhani, un punto de reunión muy popular en el puerto. El parque recibió un remozamiento hace algunos años y ahora tiene andadores, está mejor iluminado y cuenta con muchas bancas. Hay docenas de puestos donde se vende de todo, desde brochetas de pescado, sopa picante y rebanadas de mango salpicadas de sal y chile (a partir más o menos de las 6 hasta las 10 p.m.). Aunque ya no pueda probara nada más, no se pierda una taza de jugo de caña exprimido a mano, sazonado con jengibre y limón.

10 p.m.

DIVERSIONES NOCTURNAS

Como en muchas ciudades musulmanas conservadoras, aquí la vida nocturna es casi somnolienta. Pero hay focos de actividad. En Mercury's, toda una institución del puerto, la música en vivo en fin de semana se esfuerza al máximo por canalizar al héroe de la ciudad, Freddie Mercury, nacido en Zanzíbar en 1946. Si busca ambientes más ostentosos y menos oportunidades de escuchar versiones desentonadas de Queen, váyase al elegante salón en la azotea del hotel Maru Maru y pida un coctel dawa, elaborado con el licor de Tanzania con sabor a melaza Konyagi, miel y limón y disfrute de la vista del Viejo Fuerte del siglo XVII.

1
Sábado

9:30 a.m.

ISLA DE ESPECIAS

Sí, es muy turístico. Y sí, va a haber adolescentes haciéndole coronas con hojas de coco torcidas con la esperanza de que usted les dé una propina. Pero no, no debe omitir un paseo por las célebres plantaciones de especias. Los guías explican cómo se cosechan las especias, como el cardamomo, la nuez moscada, la vainilla y el clavo, aunque lo que es más sorprendente es ver de dónde vienen: la pimienta negra de una planta trepadora de más de tres metros de altura; la canela de la corteza interna de un delgado árbol. Muchos de los recorridos por las especias (15 dólares) también se detienen en las ruinas cercanas del palacio de Maruhubi, de 1882, donde el sultán otrora guardaba a su nutrido harén, y los baños persas Kidichi, que datan de 1850.

12:30 p.m.

ACENTO ITALIANO

Situado en la casa de un mercader del siglo XVIII espléndidamente remozada, el restaurante House of Spices sirve la cocina del océano Índico con acento italiano. El comedor, situado en una terraza techada que antes servía para secar las especias antes de empacarlas y embarcarlas, es un lugar relajante acariciado por la brisa, pintado de verde y lleno de plantas y gabinetes antiguos. Aquí, los platos bien confeccionados, como el pez espada negro y unos excepcionales ravioles de mariscos con salsa de azafrán se elevan gracias al uso juicioso de los sabores locales. Los postres, como un mousse de chile con chocolate, son creativos y decadentes, mientras que el té helado de canela preparado por la casa, da en el clavo en los días calurosos.

2 p.m.

ARENAS BLANCAS Y MARAVILLOSAS

Elegir qué playa visitar aquí es una decisión difícil, debido a la abundancia de opciones espectaculares. Las playas de arena blanca más hermosas se encuentran en la costa oriental de la isla, contiguas a los poblados de Matemwe, Pongwe y Jambiani, más o menos a una hora en auto.

Sin embargo, otra excelente opción, más cerca de la ciudad, es la apartada playa de Mangapwani, en una idílica franja de arena a 22 kilómetros de la ciudad. Aunque mucha gente va allá solo con una toalla y un traje de baño, también hay opciones más elegantes: el cercano club de playa Mangapwani Serena ofrece canapés, vestidores y un restaurante para almorzar (entrada libre). Conviene consultar una aplicación de predicción de mareas antes de ir a la playa, ya que el océano retrocede varios kilómetros en la marea baja, por lo que nadar puede ser difícil.

6 p.m.

FIESTA AL ATARDECER

Desde que se inauguró hace unos años, el restaurante Tea House en el hotel Emerson Spice, trepado en la azotea de una histórica mansión swahili, se ha vuelto el sitio preferido de la ciudad para tomar los cocteles de la tarde, seguidos de una cena de varios platos. El sol empieza a ocultarse en el agua hacia las 6 p.m. y a esa hora usted debe de tener en la mano una fría ginebra con agua tónica. La cena, servida en una sola sentada a las 7 p.m., es un inspirado menú de degustación, en la que en cada platillo se emplean los ingredientes tradicionales de Zanzíbar, pero en juguetonas combinaciones (30 dólares el menú). Un aperitivo de tomate relleno de calamar, con condimento de coco y ceviche de maracuyá, puede ir seguido de langosta en salsa de vainilla o caballa al clavo tostado.

9:30 p.m.

UNA PAUSA PARA EL NARGUILÉ

Una de las reliquias arquitectónicas más atractivas de la Ciudad de Piedra es el Dispensario Viejo, que en el segundo piso cuenta con un bar de narguilé en un balcón que da al océano.

El restaurante The Three Bees ofrece unos 70 tipos de shisha, el tabaco usado en el narguilé, algunos de los cuales, como el de canela y el de jazmín, parecen especialmente adecuados en una isla tan influida por el comercio de las especias. El edificio de 1894 es un fascinante revoltijo de escuelas de diseño. Hay balcones de madera elaboradamente tallada a la india, un elegante patio interior al estilo árabe, y adornos del neoclásico, como columnas y vidrio emplomado. Aquí no se sirve alcohol, pero los cocteles a base de fruta, como el Royal Forodhani con mango, aguacate, jengibre y limón, son una deliciosa alternativa.

1
Domingo


8:30 A.M.

UN BUEN CAFÉ

El café del este de África es uno de los mejores del mundo y el mejor lugar de Zanzíbar para tomar una buena taza es el diminuto café y tostador Msumbi Coffee. Este encantador café, con paredes color ocre decoradas con fotos antiguas y repisas hechas de la madero de veleros dau, se especializa en el café arábigo cultivado a gran altura en Tanzania, Ruanda y Etiopía. Pida un capuchino hecho con granos cultivados en las laderas del Kilimanjaro para acompañar alguno de los sabrosos desayunos del café, como huevos fritos con aguacate y salchicha.

10 a.m.

CRIATURAS MARINAS

Con sus multicolores arrecifes de coral habitados por más de 400 especies de peces y su agua cálida y cristalina, el parque coralino de la isla Chumbe, un área marina protegida, es un lugar espectacular para bucear con esnórquel (viaje de un día, 90 dólares; cerrado durante la temporada de lluvias de la primavera). Esta isla deshabitada frente a la costa occidental de Zanzíbar solo admite 14 personas al día, lo que significa que el pez unicornio, la tortuga carey, el zanclo coronado y otras criaturas marinas pueden vivir en paz relativa mientras los humanos flotan encima de ellos, extasiados.

Después de bucear, a los visitantes se les ofrece un sabroso almuerzo zanzibareño y luego los llevan a visitar la exuberante reserva forestal de la isla.

1

1

También lee: