Apenas hace una semana que decíamos que no es fácil aceptar que no somos una sociedad sana y de inmediato la realidad nos muestra su fea cara y nos golpea el cerebro con su verdad.
Hace una semana decíamos que se usaron juegos de palabras para justificar la desaparición de los hospitales psiquiátricos de internamiento.
Decíamos que la ley establece que todos los pacientes con padecimientos mentales y adicciones recibirán atención en hospitales generales y a través de los sistemas nacionales de salud
Como todos sabemos los diputados aprobaron la desaparición de los hospitales psiquiátricos de internamiento, con el propósito de cambiar el modelo de atención y hospitalización de los pacientes con padecimientos mentales, para que reciban tratamiento en el sistema de salud pública, “sin retención ni sometimiento a prácticas violatorias de su dignidad”.
Decíamos ¿Qué están presuponiendo? Que los enfermos mentales pueden, una vez que se les ha diagnosticado, andar por la vida. Hay miles y quizá cientos de miles de personas que andan por nuestra ciudad sin estar diagnosticados, cometiendo delitos, viviendo, por ejemplo, como violentos delincuentes. ¿Quiere un ejemplo? Decíamos que un grupo de policías se agarraron a golpes, entre ellos. ¿Usted cree que esas personas están sicológicamente bien? Y ellos están a cargo de ejercer la protección de la ciudadanía.
¿Ven la confusión que provocan con las palabras que usan? Están presuponiendo que en todos los hospitales psiquiátricos se aplican prácticas violatorias de la dignidad de los pacientes. Y que, con solo cambiarlos a los hospitales públicos, eso ya no pasará, ya no habrá prácticas violatorias a su dignidad.
La verdad es que no se trata de evitar la aplicación de prácticas violatorias a la dignidad de los pacientes. Cuando se trata de pacientes con problemas de salud y enfermedades si se debe vigilar el respeto a su dignidad.
Pero, cuando se trata de pacientes con problemas mentales aquí de lo que se trata es de la protección de la integridad del paciente, de sus familiares y de cualquiera que habite en su entorno.
No se trata de dignidad, se trata de la protección inteligente de la integridad de las personas.
¿Quiere un ejemplo?
Este es el encabezado de los periódicos:
“Madre asesina a puñaladas a bebé y deja herida a otra hija en NL”
El pasado dos de mayo una mujer, con problemas mentales, asesino a su hijo de meses e hirió gravemente a su segundo hijo de 4 años, la abuela de los niños, postrada en silla de ruedas fue testigo de los hechos.
Este es uno de los muchos casos que se resuelve con internamiento. Si esta persona se hubiera tratado debería de estar internada para protegerla de causarse daño a sí misma y para evitar que cause daño a otras personas.
Se da cuenta que no tiene nada que ver con la dignidad de la persona sino con la preservación de la vida, se trata de la integridad de las personas.
Como dijimos la semana pasada. Esta ley ya se votó, ahora es obligatoria. Por lo tanto, les corresponde a las autoridades de salud del estado ampararse y luchar por preservar estos recursos que tanto nos han constado y que se necesitan, así como están.
Mantengamos la esperanza. Hasta la próxima.
El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM
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